Bienvenid@!!!

Recibe muuuchas bendiciones de tu Padre Celestial.
Recuerda siempre que Dios te ama con locura!!!
Sonrie siempre pues eres AMAD@!

sábado, 17 de noviembre de 2012

"[...]pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?" Lc 18, 1-8

Si ante la insistencia de una viuda un hombre malvado le concedió lo que pedía para descansar de ella, cuánto más hará Dios por nosotros si somos constantes en nuestra oración. No descansemos de pedir lo que necesitamos pues nuestro Padre está pendiente de nuestras necesidades. Si la respuesta no llega inmediatamente puede ser que haya una lucha espiritual en medio de nuestra necesidad para que nos desesperemos y dudemos de Su providencia o que no sea el momento todavía. 
La oración comunitaria tiene tanta fuerza porque son muchas voces gritando día y noche lo mismo. Aprovechemos el amor que Dios nos tiene y pidamos por la salvación de nuestro país, por la conversión de los líderes corruptos y de los delincuentes que amenazan la vida y los bienes que tanto esfuerzo cuesta conseguir a los ciudadanos trabajadores. Pidamos también porque renazca en nuestros corazones la caridad para ayudar a salir de la pobreza a tantos jóvenes que carecen de oportunidades y que eligen la delincuencia por pura desesperación.
En nuestra palabra, hay poder, oremos con fe. Dios nos está escuchando.
"Señor, sé que tus oídos están siempre atentos a la voz de mi súplica. Te pido por mi país que atraviesa un momento muy grande de crisis financiera y moral para que toques los corazones de los políticos para que gobiernen para y por el pueblo. Que los corruptos hagan como Zaqueo y devuelvan lo que han robado con intereses. Que los delincuentes que roban y matan se arrepientan y busquen el buen camino. Que este país sea un lugar de bendición donde haya paz y seguridad para todos. Amen."

jueves, 15 de noviembre de 2012

"El Reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el Reino de Dios está dentro de vosotros". Lc 17, 20-25

Los judíos se han quedado esperando un reino de Dios lleno de poder y de fuerza, que ponga a su pueblo en lo alto del mundo ante la admiración de sus enemigos. Sin embargo, con la llegada de Jesús el reino se instauró en los corazones de quienes aceptan su mensaje.
El reino de Dios está aquí en la medida en que amamos a los demás y somos sensibles a sus necesidades. La mejor característica de la primera comunidad cristiana era que se amaban tanto entre sí que compartían todo lo que tenían de modo que nadie pasara hambre o frío. Se apoyaban entre sí. Su mirada estaba fija en cumplir la voluntad del Padre como se lo mandó Jesús.
Es una pena que al ir creciendo nos hayamos apartado de esta experiencia y haya tanta desigualdad entre nosotros. Nos cuesta muchísimo diezmar aún sabiendo que es nuestra responsabilidad mantener a la Iglesia y que con este dinero se ayuda a tanta gente necesitada.
Juan nos dice que si amamos a Dios necesariamente debemos amar a nuestro hermano y si le amamos haremos como Pablo que intercede por su hermano Onésimo para que le sea perdonada una deuda, más aún le pide a Filemón que lo trate como si fuera él mismo.Ese es el tipo de caridad que nos demuestra que el reino de Dios ha llegado a nosotros.
"Señor, perdón por no cumplir siempre la responsabilidad que me has dado de ayudar a mis hermanos, por pensar que es una opción y no un mandato ya que Tú me prosperas para que mis bienes, mi tiempo y mis talentos estén al servicio de los demás, que ese sea mi mayor testimonio de que tu reino está aquí. Dame tu corazón para amarlos como los amas Tú. Amen"

lunes, 5 de noviembre de 2012

"[...] manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir." Fil 2, 1-4

Dejemos que el Espíritu Santo llene  nuestros corazones con su amor y su paciencia. De esta forma agradaremos a Jesús que quiere la unidad en nuestras familias y en nuestra Iglesia. Las divisiones no son parte del plan de Dios. Jesús nos dijo que el que quiera ser el importante en el reino de los cielos que se haga servidor de todos. Es una paradoja en este mundo donde el individualismo está a la orden del día, pero en la Jerusalén celestial todos son uno en el Padre. Es lo que debemos buscar ser nosotros aquí en la tierra.
Amarnos unos a otros, qué mandamiento tan lindo y tan difícil de cumplir. Amar cuando me insultan, amar cuando me ignoran, cuando me maltratan, siempre amar. El amor transforma y nos libera porque viene de Dios, dejemos que sea El que actúe en nosotros porque con nuestras propias fuerzas no podemos.
Mantengámonos unidos en el amor y cumpliremos la voluntad del Padre.
"Dios mío, Tú que eres la fuente del amor inagotable, llena mi corazón y permite que ame de tal manera que busque la unidad, la armonía y la entrega en cada una de mis relaciones. Bendice a mi pareja, a mis hijos, a mi familia, a mis vecinos, a mis amigos, a mis compañeros de trabajo, a mis enemigos y al mundo entero. Que todos los cristianos podamos vernos como hermanos que somos y dejemos las diferencias a un lado. Amen"

sábado, 3 de noviembre de 2012

"Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." Lc 14, 1. 7-11

La humildad es la cualidad más importante de un cristiano y la más difícil de cultivar. Vivimos en un mundo donde es bien visto tener gran prestigio, dinero, fama... y donde el liderazgo es estilo  militar. Nos cuesta mucho bajar el estilo de vida porque siempre queremos más, siempre nos creamos una necesidad nueva. Necesitamos que los demás vean que nos va bien, competimos por el que tiene el mejor carro, la mejor casa, el mejor trabajo y hasta la mejor familia. Hay tantos que han entrado en el narcotráfico sólo para tener un estilo de vida aún más lujoso del que tenían. Otros, malversan los fondos del estado al que deberían estar sirviendo, etc. Cuando sale a la luz y viene el escándalo y la vergüenza ni siquiera saben aceptar su responsabilidad, olvidan que Dios conoce los corazones y a cada quien le espera la cosecha de lo que sembró.
Ser humilde es reconocer que lo que somos y tenemos es por gracia de nuestro Padre. No sentirse menos que nadie pero tampoco mejor, pues todos somos iguales y valemos lo mismo para Dios. Cristo murió por todos nosotros sin importar que uno haya pecado más que otro.Fuimos comprados al mismo precio. Busquemos las cosas de arriba, pongamos nuestros talentos al servicio de los demás como Jesús nos enseñó. El es el hombre más grande que existió, Dios mismo encarnado y nunca buscó la gloria de los hombres, es el ejemplo a imitar para los que nos llamamos cristianos.

"Señor, ayúdame a ser como tú, manso y humilde de corazón. Que pueda vivir sin la aprobación del mundo pero no sin la tuya. Que todo lo que haga sea por amor a ti y no buscando el reconocimiento de los demás. Amen."