Bienvenid@!!!

Recibe muuuchas bendiciones de tu Padre Celestial.
Recuerda siempre que Dios te ama con locura!!!
Sonrie siempre pues eres AMAD@!

sábado, 22 de septiembre de 2012

"Lo de la tierra buena son los que con un corazón noble y generoso escuchan la palabra, la guardan y dan fruto perseverando". Lc 8, 4-15.

Todos queremos ser tierra buena pero no siempre preparamos el terreno para que la semilla  germine en nosotros y crezca. Miremos a nuestro alrededor y verifiquemos nuestros frutos. Si andamos agobiados por los muchos afanes y preocupados por lo que nos pasará no hemos regado en nosotros la promesa de que Dios tiene cuidado de nosotros y que nos proveerá de todo lo que necesitemos. Si no sacamos tiempo para estudiar la palabra, orar, ir a misa, etc. no hemos dejado crecer en nosotros la semilla de la perseverancia necesaria para recibir la corona de la vida al final de los tiempos.Si seguimos cometiendo los mismos errores de siempre porque no ponemos empeño en cambiar, si actuamos igual que lo hace uno que no conoce de Dios no estamos permitiendo que el Espíritu Santo more en nosotros y nutra nuestra alma con su fortaleza. 
Y así podemos ir analizando cuáles aspectos de nuestra vida no han recibido el abono necesario para dar fruto abundante.Recuerda que lo que es imposible para nosotros es posible para Dios, basta con pedir su ayuda con fe y estar dispuestos a cumplir su voluntad aunque cueste.

"Señor, quiero ser terreno fértil a tu palabra, que crezca en mí tu gracia día a día para lograr llevar a la práctica lo que me mandas a hacer. Lo deseo con todo mi corazón. Amen"

jueves, 20 de septiembre de 2012

"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no se ha frustrado en mí." 1 Cor 15, 1-11

Cuando miro atrás y veo todo lo que he cambiado por amor a Jesús me maravillo y entiendo que mi vida es un milagro. Sé que me falta mucho por caminar todavía para llegar a la perfección a la que El me quiere llevar pero su gracia está trabajando en mí y un día alcanzaré la meta.
Dios permite que nos sucedan situaciones difíciles e incomprensibles para nuestro limitado ser. Sin embargo, cuando tenemos la certeza de que El está a nuestro lado podemos ver su mano allanando nuestro camino aún en medio de la peor dificultad. Todo esto nos ayuda a ser más fuertes, más agradecidos y más sensibles al dolor ajeno. Si viviéramos siempre felices, sin ningún problema, nos costaría mucho ser compasivos con los menos afortunados que nosotros porque no conoceríamos el dolor.
"Gracias, Señor, por tu sacrificio por mi en la cruz, porque con tu muerte me diste vida y en abundancia. Quiero al igual que San Pablo ser trabajador incansable en la construcción de tu reino. Que tu palabra llegue a los confines de la tierra. Amen"

miércoles, 19 de septiembre de 2012

"Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites." 1 Cor 12, 31 - 13, 13

El amor es la plenitud de todas las cosas porque es Dios mismo. Cuando se ama se hacen grandes sacrificios por el amado. He visto madres tocando puertas que nunca se atreverían a tocar por la salud de un hijo. Esposas callando y aguantando muchos desaires de su esposo para mantener un matrimonio. Amigos que han compartido sus bienes para ayudar a otro. He visto sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos hasta la muerte con los pobres, desgastando su vida para darles un mejor futuro.
Nada de esto sería posible sin el amor del que nos habla Pablo. Un amor cada día más escaso porque el mundo nos vende una idea totalmente diferente de lo que es el amor. Muchas veces lo confunden con el sexo y para ser amado hay que verse como una actriz de película o como un superhéroe. Otras, se trata de un intercambio de atenciones, si tú me tratas bien yo hago lo mismo, de lo contrario te pago con la misma moneda o te dejo porque no puedo aguantar nada a nadie. Un "amor" que es controlado por el ego no es real.
Dios nos llama a amar sin límites, a perdonar siempre, a esperar lo mejor de la otra persona. Hoy piensa en aquellas personas que amaste pero que no te apreciaron y perdónalos en el nombre de Jesús.

"Señor, a pesar de que me amas sin medida y me lo demostraste al morir en la cruz por mí, me cuesta mucho hacer lo mismo con los demás. Dame tu corazón para amar como tú me amas. Sana mis heridas y abre mis ojos para ver a los que me rodean como los miras tú. Amen"

martes, 18 de septiembre de 2012

"¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!" Lc 7, 11-17

Este evangelio me rompe el corazón porque desearía tener el don de hacer milagros y devolverle la hija a un amigo, cuando pasan estas tragedias nadie piensa en que puede resucitar a un muerto. No sé si es por falta de fe o porque en el fondo hemos aprendido a aceptar la pérdida como voluntad de Dios.
Dentro del cuerpo de Cristo hay muchos dones, cada quien debe ayudar a los demás con los que ha recibido. Aceptar la voluntad del Padre aunque nos duela es una lección más profunda que recibir un milagro que nos quita el dolor. Por eso Pablo pone el don de hacer milagros en cuarto lugar, fíjense que es más importante predicar, aprender las sagradas escrituras  y la santa doctrina que nos ha transmitido la Iglesia porque esto nos permite tener base para seguir creyendo cuando no hay milagros ni señales disponibles.
Nos cuesta creer que un Dios tan bueno permite desgracias tan terribles a la gente que amamos o en nuestras vidas, pero si nos tomamos el tiempo para verdaderamente conocer a Dios, con el corazón podremos aceptar y cumplir su voluntad por difícil que sea porque tenemos la certeza de su amor.
Levantémonos en el nombre de Jesús y animemos a aquellos que están destrozados por pérdidas inesperadas.
"Señor, toma mis manos, mi boca y todo mi cuerpo te lo entrego para que lo pongas a tu servicio. Ayúdame a dar una palabra de aliento al que está desconsolado, a abrazar a quien se sienta solo, a alimentar al hambriento, etc. No permitas que la tristeza y el desaliento inunden mi corazón en los momentos difíciles sino más bien que pueda sentir la paz de tu presencia en mi vida. Amen"

lunes, 17 de septiembre de 2012

"Dilo de palabra, y mi criado quedará sano." Lc 7, 1-10

El centurión romano no se sentía digno para ver personalmente a Jesús, pero sabía que El tenía el poder de sanar a su criado con sólo una palabra. No conocía a Jesús pero había escuchado sobre El y había creído. Este hombre tenía las cualidades que debemos tener los cristianos: humildad y fe a toda prueba. La humildad de entender nuestra necesidad de Jesús y la fe para creer sin ver.
Por eso es importante congregarnos y poner atención a los testimonios de nuestros hermanos para fortalecer nuestra fe.Estamos a la distancia de una oración para recibir lo que necesitamos de Jesús. Muchas veces no recibimos porque no creemos.El mismo Jesús que sanó el criado del centurión está a tu lado esperando que le pidas lo que necesitas.
"Señor, dame la fe del centurión para esperar la palabra que hará el milagro que espero.No soy digno de ti, pero sé que tu amor por mi es más grande que mi pecado.Gracias por darme lo que necesito aún sin pedírtelo. Amen"

sábado, 15 de septiembre de 2012

"Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer." Hb 5, 7-9

Para el mismo Jesús la obediencia resultó un desafío en la última noche de su vida. Sufrir una muerte de cruz no es algo atractivo para nadie y el Hijo de Dios es también verdadero hombre. En su humanidad, tuvo que morir a sí mismo para poder cumplir la voluntad de su Padre. No fue fácil para El, al extremo de sudar sangre pero ganó su amor a su miedo.
Esto es lo que debemos imitar cuando lo que deseamos nos es más atractivo que lo que Dios nos pide. Ante la encrucijada de la auto conservación versus la obediencia, pensemos que si Dios nos creó y  nos ama tanto el permitir en nuestra vida algo que es doloroso o incluso la muerte es para un propósito mayor que nosotros. Si Jesús no se entrega no tendríamos la esperanza de la salvación. Asimismo, seamos capaces de obedecer a Dios y no a los hombres.
"Señor, ayúdame a aceptar tu voluntad en todo momento, pero sobretodo cuando lo que me pasa es tan terrible que siento que las fuerzas me fallan, cuando parezca que el camino contrario es lo lógico no permitas que mis pasos se desvíen de donde tu quieres que yo pase. Que pueda cargar mi cruz porque sé que luego de este trago amargo viene la recompensa esperada a los que obedecen. Amen"

jueves, 13 de septiembre de 2012

"¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada: tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desgraciados." Lc 6, 27-38

Creo que este es el mandamiento más difícil de aplicar de todo lo que nos manda Jesús. Hace unos días escuché el testimonio de alguien que cumplió estas palabras y en verdad es una galleta sin mano para mí. Dios nos ama mucho y nos perdona día a día todas nuestras transgresiones. Si el pensara como nosotros y nos dijera que ya está cansado de que le insultemos, neguemos y engañemos estaríamos todos perdidos. Sin embargo, con infinito amor y paciencia nos perdona y anima para que seamos las personas que El quiere que lleguemos a ser.
Pidamos al Padre la gracia de perdonar de corazón, de dejar nuestro orgullo y apego por lo que tenemos para poder ser más como Cristo y menos como nosotros.
"Señor, me encanta sentirme perdonado por ti pero yo no puedo hacer lo mismo con mis hermanos. Necesito que me des la gracia de perdonar, que rompas mi corazón de piedra y lo hagas como el tuyo; ayúdame a mirar con tus ojos y a amar como tu amas.Amen"

martes, 11 de septiembre de 2012

"No os llaméis a engaño: los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios." 1Cor 6, 1-11

Si queremos entrar al reino de Dios debemos dejar a un lado nuestra conducta anterior. Más aún, debemos desprendernos de todo lo que nos ata a este mundo. No podemos pretender que seguimos a Dios y continuar viviendo conforme a los juicios y valores no cristianos.
Es momento de hacer un alto en el camino y mirar hacia dentro de nuestro corazón; sacar a la luz nuestra conducta y ver en qué situaciones nos comportamos como seguidores de Jesús y en cuáles no. Muchas veces reducimos nuestra devoción a las actividades de la iglesia, fuera de ahí continuamos con nuestras ambiciones mundanas, maltratando e ignorando al pobre, guardando rencores y haciendo lo que no es grato ante los ojos de Dios. ¿Cuál es en entonces nuestra diferencia con los que no le conocen?
Recordemos que el Señor conoce nuestros corazones, aunque engañemos a los que nos rodean a El no podremos ocultarle lo que en verdad está dentro de nosotros.
"Señor, límpiame de mi maldad, dame un corazón limpio y renueva la firmeza de mi espíritu. Ayúdame a caminar contigo en espíritu y verdad pues quiero entrar en tu reino. Amen"

viernes, 7 de septiembre de 2012

Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. Sal 36

No siempre obtenemos lo que pedimos al Señor, pero tampoco siempre practicamos el bien ni confiamos en El. Jesús obtuvo todo lo que pidió pero siempre se sometió a la voluntad del Padre, siempre obró el bien y no hubo engaño en sus palabras. Muchos pensamos que por obrar bien nos merecemos todo lo bueno que ofrece el mundo u obtener un favor que pedimos, pero olvidamos que debemos poner nuestra confianza en Dios y no en nuestras obras. Las obras son un indicador de que le conocemos pero no son una garantía de que obtendremos lo que pedimos porque la voluntad del Padre está siempre por encima de nosotros.

Si estás obrando bien y no ves la respuesta que anhelas, cierra los ojos y confía en Dios. El te ama y si no te ha llegado lo que esperas es porque todavía no es el momento o porque en verdad no conviene. No te desesperes  ni dudes de su cuidado por ti, porque si El no escatimó a su propio Hijo como no te dará todas las demás cosas. Confía en el Señor, espera en El. !Ten ánimo!

"Señor, creo pero aumenta mi fe. No es fácil esperar tu respuesta cuando me siento rodeado de ejércitos que buscan mi perdición, pero sé que estás a mi lado y aunque caigan mil a mi izquierda y diez mil a mi derecha, yo permaneceré en pie. Amen"


jueves, 6 de septiembre de 2012

"Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes". Lc 5, 1-11

Es seguro que Pedro tenía más experiencia como pescador que Jesús. Le debió parecer extraño que le pidiera que tirara las redes nuevamente luego de pasarse el día haciendo lo mismo sin resultado. Sin embargo, Pedro intuía que este hombre tenía algo especial y le obedeció. Esta acción sencilla le permitió ver con sus ojos la gloria de Dios aunque aún no sabía quien era el maestro.
Piensa qué te está pidiendo Jesús a ti en este momento, en qué mar estás navegando sin pescar un sólo pez, no lo sé. Lo que sé es que mientras no te hagas sencillo y cumplas lo que El te pide, no tendrás éxito. Con Jesús puedes lograr más en un minuto que toda una vida luchando  por tus propios medios. Lo que es sabio para los hombres es necedad ante Dios.
"Señor, a veces creo que me las sé todas y aunque no tenga fruto de mi esfuerzo olvido buscarte a ti. Recuerdame que tú y yo somos mayoría aplastante en cualquier circunstancia. Hazme manso y humilde para contar primero contigo y luego poner mis manos a la obra, sólo así daré fruto abundante. Amen "

martes, 4 de septiembre de 2012

"Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad." Lc 4, 31-37

Dios nos dio su Espíritu a través de su hijo Jesús. No debe sorprendernos que también nosotros hablemos con autoridad cuando estemos predicando en su Nombre. El Espíritu de Dios que mora en nuestros corazones nos da la fuerza para defender su causa en los momentos de necesidad. Nos guía cuando no sabemos cuál decisión tomar.Nos alienta cuando estamos desanimados. Nos da paz cuando sentimos angustia o desesperación.
Cultivemos la vida en el Espíritu mediante una oración constante y eficaz, es decir, dejando que Dios nos hable a través de su palabra y de las circunstancias. Así tendremos la autoridad de Cristo para salir vencedores en cualquier área de nuestras vidas.
"Señor, tu Espíritu lo juzga todo, que penetre en lo más íntimo de mi ser y saque fuera toda inclinación al mal, que pueda vencer mi egoísmo, mi comodidad y mi miedo al fracaso. Que todo lo que me quede en el corazón sea agradable a ti, pues quiero mostrarte a los demás con mi vida. Amen"