"Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos." Lc 9, 11b-17

El milagro de la multiplicación de los peces y panes me recuerda que la abundancia es un estado mental. Hay pobres a los que nunca le falta nada y ricos que nunca tienen suficiente. Jesús nos muestra que cuando confiamos en El tendremos todo lo que necesitamos. No hay excusas para no ayudar a los demás, siempre habrá algo que podamos dar aunque sea una sonrisa o una palabra de aliento.

Creamos en este milagro desde el corazón, dejemos de pensar en lo que nos falta y demos gracia por lo que tenemos, pues Dios tiene cuidado de nosotros y nos dará lo que verdaderamente nos conviene y necesitamos. Si lo hizo en la montaña lo puede hacer hoy también.

"Gracias, Señor, por cubrir todas mis necesidades, recuérdame el milagro de la multiplicación cada vez que alguien me pida ayuda. Cambia mi mentalidad de escasez en una de abundancia para la gloria de tu Nombre. Amen"

"...el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos." Mc 10,32-45

Servir a los demás es considerado en nuestra sociedad como de tontos, de gente débil que se deja "mangonear" por los demás a menos que sea parte del trabajo que la persona realiza. Es muy difícil encontrar hoy en día personas que te hagan favores de gratis, regularmente hay algún precio que pagar. Ni que decir de los políticos de nuestro país que en su mayoría sólo saben servirse a sí mismos. ¿Sabrán que serán los más pequeños en el reino de los cielos si llegan a entrar?

 Nos cuesta mucho servir porque lo que se nos vende desde que somos pequeños es que debemos escalar un puesto bien alto para tener grandes honores en todo momento y así consentir nuestro ego, recordándole a todo el mundo lo importante que somos mediante todo lo que tenemos.Olvidando muchas veces las necesidades de nuestros empleados, de nuestros familiares y amigos. No pensamos que si tenemos algo es para compartirlo con los demás y que se nos pedirá cuenta de ello.

Jesús nos manda a hacernos esclavos de todos por amor a El y cuando logramos hacerlo nos sentimos muy bien. Pero para lograrlo necesitamos en verdad morir a nosotros mismos y ser constantes en servir en cada ocasión que tengamos de ayudar a los demás. Que el Señor cambie nuestro egoísmo en entrega.

"Señor, quiero hacer lo que me mandas pero no siempre me es fácil porque me gusta más recibir que dar, pero tú lo puedes todo y puedes lograr que tenga el amor necesario para darme sin medida, que a partir de este momento esté dispuesto a servir a los demás antes que a mi mismo. Amen"

"Seréis santos, porque yo soy santo." 1 Pe 1,10-16

La santidad es un regalo que Dios va destapando en nosotros en la medida que morimos a nuestro yo y nos forzamos a cumplir su voluntad. Hay personas que desde pequeños se les ha concedido esta gracia, pero a la mayoría nos cuesta y mucho. Una gran cantidad se desencanta  y se aleja de los caminos, o vive una religiosidad acomplejada, pero no es el propósito de nuestra fe. Dios quiere que nos encontremos con El y para eso debemos madurar en la fe.
Dejar todo para seguirlo es igual a recibir más de lo que dejamos, pero no siempre en la forma que pensamos que lo obtendremos. No es una garantía de que seremos ricos materialmente con miles de propiedades que nos permitirán adoptar muchos niños como algunas estrellas hacen ahora, sino que al unirnos en el amor de Cristo con la Iglesia, tendremos todos nuestros hermanos en la fe y sus pertenencias a nuestra disposición cuando las necesitemos porque ser cristiano es compartir en comunidad.
"Señor, quiero ser santo igual que tú, pero solo no puedo, ayúdame a encontrar la fuerza de dejar todo lo que me aparta y me distrae de tu camino para que te siga sin importar a donde me lleves, tú me has prometido que nada me faltaría siempre que tú seas mi pastor. Aumenta mi fe en ti. Amen"

"Como el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en la provincia de Asia, atravesaron Frigia y Galacia." He 16,1-10

En este capítulo de Hechos de los apóstoles no explica cómo el Espíritu Santo les impide a Pablo y a Timoteo anunciar la palabra en Asia, pero si nos deja en claro que eran guiados  a las ciudades que debían entrar incluso con visiones. 

En mi caso, Dios no me revela las cosas en sueños sino a través de las circunstancias; cuando algo está en su voluntad fluye de maneras insólitas y cuando no se complica bastante y por más que intente hacer que funcione no puedo;entonces comprendo que no es voluntad divina y dejo de poner mi esfuerzo en eso y por lo regular pasa algo que me lo confirma. Jesús guía nuestro caminar y a veces queremos forzar las cosas para que se hagan como creemos es lo mejor cuando El tiene un mejor plan aunque no siempre entendemos sus razones pues las nuestras nos parecen mejores.

Dejemos que el Señor nos guíe hacia donde quiere que vayamos.

"Señor, muestrame el camino que quieres que yo siga, enseñame a distinguir cuál es tu voluntad en cada situación que se me presente para glorificarte en todo momento. Amen"

"Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor." Jn 15,9-11

Jesús nos ama sin importar nada, ni nuestras costumbres ni actos y ha dado su vida por nosotros para que todo el que acepte esta verdad y ponga en práctica sus mandamientos alcance la vida eterna. A El lo único que le importa es que aprendas a amar como El ama, para nosotros es muy difícil aceptar a los demás como son porque siempre entendemos que nuestras ideas y costumbres son mejores o tienen más lógica.

 Ahora con la política debemos recordar esta verdad y evitar que siga corriendo sangre porque tenemos ideas diferentes, porque los demás también son hijos de Dios, por mucho que nos cueste aceptarlo. Jesús también murió por el charlatán y el "loquito" de la esquina.

Pidamos a Dios que nos preste su corazón para amar a aquellas personas que no nos caen bien o cuyas acciones nos escandalizan como El las ama.

"Señor, me es fácil reconocer tu amor por mí, pero no por las personas que me parecen detestables o que hacen cosas que me molestan. Recuerdame que tú moriste por todos porque a todos los amas por igual, pues son obras del Padre, que pueda yo mirarlos con tus ojos y rogar por su conversión con tanto fervor como lo hago por las personas que amo. Amen"

"A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto." Jn 15, 1-8

Somos los sarmientos del Señor, eso significa que si estamos por el camino correcto debemos enfrentar algún tipo de tribulación o de plan de mejora que permita que demos fruto abundante. Sonríe si hoy estás en medio de pruebas que te duelen pero que te permiten confiar en Dios porque estás dando frutos.

En lugar de desesperarnos, esperemos con paciencia ante el Señor en las situaciones donde no podemos hacer más, dejemos de quejarnos y de preocuparnos. Mejor utilicemos ese tiempo y energía en visitar el Sagrario donde podremos recibir la paz que sólo Jesús nos puede dar. Mediante la alabanza rompemos las cadenas que  nos amarran a este mundo y nos acercamos más a Dios.

Dejemos que el Señor quite de nuestra vida toda rama que está seca para que podamos dar los frutos que El espera de nosotros.

"Señor, Jesús, te pido que me des la gracia de soportar las pruebas con humildad y esperanza, sabiendo que a través de ellas estás formando algo maravilloso de tu carácter en mi, corta en mi toda actitud, deseo o pensamiento que no vaya conforme a tu voluntad porque quiero fructificar en ti. Amen"

"Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí." Jn 14,1-6

Jesús nos invita a tener paz en El, especialmente cuando recibimos malas noticias o cuando las cosas no salen como esperamos. La vida nos da muchas sorpresas y para el cristiano, habrá muchas que cuestionarán nuestra fe. Pero Jesús nos alienta a creer en Dios y en El, porque sabe que sólo así podremos afrentar las tribulaciones.

Que no tiemble tu corazón cuando pierdes el trabajo, ni cuando te diagnostican una enfermedad catastrófica ni cuando tu matrimonio no va bien, ni cuando esperas con ansias un bebé y lo pierdes, ni en cualquier otra circunstancia. Dios tiene control de todo esto y en su infinito amor te está moldeando para un propósito mayor que tú mismo, deja que El te envuelva en sus brazos y te dé la paz que necesitas para afrontar la situación por la que pasas hoy. El nunca te dejará ni te abandonará.

"Señor, mi corazón está atribulado pero quiero mirarte a ti y  no a los fuertes vientos que me rodean, dame tu paz y tu fuerza para creer contra toda esperanza que lo que me pasa hoy es para mi bien y para que tu te glorifiques en mí. Amen"

"Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas." Jn 12,44-50

Jesús es la luz del mundo, cuando le encontramos por primera vez nos damos cuenta de que nuestra vida sin El estaba en total oscuridad. Es una sensación maravillosa e indescriptible el ver cara a cara a Jesús. Inmediatamente nos damos cuenta de tantas cosas que eran obviadas anteriormente. Nuestros pecados saltan a la vista con vergonzoso afán, pero no es para que nos condenemos sino para que nos arrepintamos y cambiemos nuestra conducta.

Dios es un Dios de amor y viene a nuestro encuentro para que podamos elegir el camino correcto y cuando creemos en Jesús, recibimos un guía de lo alto para que podamos discernir lo que agrada a Dios; lo bueno, lo bello, lo santo y lo perfecto. Pidamos la luz a Jesús para andar siempre en su voluntad.

"Amado, Jesús, me desvío constantemente de tu camino, pues es fácil y atractivo el camino oscuro, pero sé que sólo en tu luz puedo alcanzar la plenitud de mi ser, envíame tu Espíritu Santo para que ilumine mi corazón totalmente y no ande en tinieblas. Yo creo en ti, Señor y Dios mío. Amen"

"Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen." Jn 10,22-30

He aquí una buena regla para saber de qué lado estamos; ¿Escuchamos la voz del Señor cuando nos pide algo o nos hacemos los desentendidos y hacemos lo que queremos nosotros? Lo que Jesús nos pide no siempre es fácil por eso muchos de sus discípulos le abandonaron porque no querían morir a sí mismos.

Los que reciben la vida eterna son los que escuchan su voz y le siguen donde El los llama sin importar las consecuencias. Parece difícil y lo es, pero no estamos solos en este caminar, El nos envía su Santo Espíritu para que podamos enfrentar las situaciones que se nos presenten con paz y fortaleza, nunca nos deja solos porque sabe que en nuestras propias fuerzas no podemos lograr nada. Como las ovejas, seguimos al pastor porque sabemos que El nos guía y que dio la vida por nosotros para que tengamos una vida abundante.

"Señor, quiero estar siempre en tu redil, pero si alguna vez me desvío; sal a buscarme para que no me pierda, dame tu fuerza para que siempre escuche tu voz porque eres el buen pastor y no permitirás nada en mi vida que  no me traiga la vida eterna. Amen"