Somos los sarmientos del Señor, eso significa que si estamos por el camino correcto debemos enfrentar algún tipo de tribulación o de plan de mejora que permita que demos fruto abundante. Sonríe si hoy estás en medio de pruebas que te duelen pero que te permiten confiar en Dios porque estás dando frutos.
En lugar de desesperarnos, esperemos con paciencia ante el Señor en las situaciones donde no podemos hacer más, dejemos de quejarnos y de preocuparnos. Mejor utilicemos ese tiempo y energía en visitar el Sagrario donde podremos recibir la paz que sólo Jesús nos puede dar. Mediante la alabanza rompemos las cadenas que nos amarran a este mundo y nos acercamos más a Dios.
Dejemos que el Señor quite de nuestra vida toda rama que está seca para que podamos dar los frutos que El espera de nosotros.
"Señor, Jesús, te pido que me des la gracia de soportar las pruebas con humildad y esperanza, sabiendo que a través de ellas estás formando algo maravilloso de tu carácter en mi, corta en mi toda actitud, deseo o pensamiento que no vaya conforme a tu voluntad porque quiero fructificar en ti. Amen"
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