Cada día vemos surgir tantos falsos profetas: hombres y mujeres que utilizan la palabra de Dios para engañar a los más incautos. Fuera de nuestra Santa Madre Iglesia Católica pero lamentablemente también hay dentro. Estas personas les dicen a las personas lo que ellas quieren escuchar : siembran temor o falsas esperanzas según sus intereses. Tristemente muchos se dejan convencer y les siguen creyendo que la verdad que predican es la de Jesús.
Pero el Señor en su infinita misericordia nos dejó la clave para reconocerlos y no dejarnos engañar. Miremos sus frutos, si buscan riquezas a través de la religión, si se creen que son perfectos, si excluyen a los que no son parte de su grupo y los condenan, si no tienen misericordia con el pecador...son FALSOS PROFETAS.
Donde no hay amor, humildad, paz, alegría, amabilidad, bondad ni dominio propio NO está el Espíritu Santo. (cf. Gal 5, 22-23)
"Señor, abre nuestros ojos espirituales para poder reconocer a los falsos profetas que están a nuestro alrededor y permítenos examinar nuestra conducta para verificar nuestros frutos de modo que si no son agradables a ti podamos corregirnos y llenarnos de los frutos de tu Santo Espíritu." Amen.
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