Jesús apareció vivo a los apóstoles y ellos no podían creerlo, estaban demasiado envueltos en su tristeza para aceptar que El realmente estaba allí, no fue hasta que comió con ellos y les explicó las escrituras que les abrió el entendimiento para que pudieran comprender y aceptar lo que había sucedido.
A nosotros nos pasa igual, sobre todo cuando tenemos tiempo enfrentando dificultades, de pronto el Señor nos abre una puerta y nos quedamos parados en la entrada sin poder dar un paso adelante porque no creemos que sea cierto. Nuestra visión es tan limitada que olvidamos que Jesús nos enseñó que el Padre nos da todo lo que necesitamos, que no debemos preocuparnos por nada pues El proveerá. Profundicemos en su Palabra para que las dudas de nuestro corazón se disipen y vivamos la pascua con alegría y esperanza.
Jesús está con nosotros, comiendo con nosotros... Abramos los ojos y sonriamos porque es verdad, yo soy testigo de esto.
"Señor, gracias por tu presencia renovadora en mi vida, que cualquier duda que quiera entorpecer la alegría de tu resurrección y de tus promesas sea disipada. Abre mi entendimiento para que pueda comprender que si tú estás aquí a mi lado no hay nada que no pueda lograr. Amen"
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