Mi rebaño anda errante por todos los montes y altos collados;mi rebaño anda disperso por toda la superficie de la tierra, sin que nadie se ocupe de él ni salga en su busca.Ez3,6

Esta cita (Ez3,6) me recuerda la división de la Iglesia. Un momento donde muchos miembros de la Iglesia Católica perdieron su norte y pareceía ser que era el mismo Judas quien la gobernaba y no el Espíritu Santo de Cristo. Muchos hermanos se separararon y desde entonces se siguen dividiendo.¿Qué hacemos nosotros para que vuelvan? Nos conformamos con orar juntos sin entrar en las profundidades de la fe para evitar conflictos aún sabiendo que la unidad es lo que nos pide el Señor. Sin embargo, no es eso lo que atraería a un protestante a nuestra Santa Madre Iglesia sino nuestro testimonio de vida. Cuando cada católico conozca y viva las raíces de su fe, demostrando tener los dones y frutos del Espíritu Santo, entonces se preguntarán los demás qué tenemos nosotros diferente y se abrirán a las riquezas sacramentales, entenderán que todo lo que profesamos está basado en la Biblia y sólo así querrán todos volver a casa.

"Señor, quiero ser un católico practicante, perdoname si alguien se ha desencantado de nuestra madre Iglesia por mi forma de ser, quiero salir a buscar las ovejas disperas no con palabras sino con mi testimonio, con mi conocimiento de ti, mi integridad y mi amor por ti fluyendo hacia mis hermanos, pon en mi la sed de conocer y la perserverancia de permanecer en la única Iglesia fundada por ti. " Amén.