Hay personas que tienen un trabajo como dios, pues aunque se llamen "cristianos" realmente viven para trabajar, su tiempo está 100% dedicado al trabajo pues cuando no están presencialmente en él, están pensando en lo que tienen que hacer o durmiendo. En fin, nunca tienen tiempo para más nada, hasta los fines de semana tienen actividades relacionadas al trabajo cuando deberían estar con su familia, descansando y compartiendo con el Señor. Creen que sólo trabajando podrán vivir mejor y no ven que están acumulando para que otro disfrute, pues ni tiempo para gastar lo que ganan tienen. ¿De qué les sirve? Cuando crean que lo puedan disfrutar se lo tendrán que dar al médico para que les controle tooodas las enfermedades que van sufriendo por llevar una vida sedentaria, comer poco saludable y tener un tren de vida tan estresado que no pueden ni dormir. Sus hijos, si los tienen, han sido criados por la televisión, una nana o hasta algún amigo, se sienten vacíos y buscarán llenarlo haciendo lo mismo que sus padres o en drogas, robando, etc. Luego se preguntan por qué sus hijos no los quieren si todo lo que han hecho ha sido trabajar "por ellos". Qué equivocados están, no se dan cuenta que lo más importante es el amor, una relación con sus familiares, con su comunidad, con su parroquia. Si no ponemos en primer lugar a Dios, estamos sembrando para que mañana llegue una plaga y se lleve todo el fruto de nuestro esfuerzo. Sólo en el Señor, cada cosa tiene su correcto lugar y espacio, sólo en El todo da fruto eterno, nadie te puede quitar lo que Dios te ha regalado. No te dejes engañar, dale a cada cosa su tiempo ni más ni menos, aprende a vivir en armonía.
"Amado, Señor, perdoname por dejarme llevar de mi trabajo y permitir que éste sea quien gobierne mi vida y no tú, hago un firme propósito de planificar mi tiempo de tal manera que siempre guarde un espacio para ti, para mi familia y para construir tu Reino." Amen!
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