"Entonces Judas, el que lo estaba traicionando, le preguntó: —Maestro, ¿acaso seré yo? —Tú lo has dicho —contestó Jesús." Mt 26,14-25

Nunca entendi por que Judas le pregunto a Jesus si seria el quien lo entregara. Seria para ver si en realidad era profeta o si muy en el fondo queria que lo detuviera. La verdad es que no importa porque de todas maneras alguien lo iba a entregar para que se cumpliera la escritura. Actualmente tu y yo seguimos traicionandolo. Tantas veces que nos proponemos un cambio de vida y continuamos haciendo aquello que sabemos nos hace mal a nosotros y a los que nos rodean. Pienso tambien en los sacerdotes que ultrajan niños. En las religiosas frustradas. En los hombres que golpean a sus esposas. Los drogadictos, las prostitutas. Tambien pienso en nuestras mentiras blancas, nuestra indiferencia al dolor ajeno, a los mas pobres, al niño que pide de comer en la calle, al limpiador de vidrios, en fin, somos tan Judas como el Iscariote.

La diferencia entre nosotros radica en que muchos no nos damos cuenta aun de lo malo que somos por omision de muchas cosas buenas que podemos hacer y seguir haciendo muchas otras malas que disfrazamos de buenas. 

La buena noticia es que Jesus vino por nosotros, para que no nos quedemos en el dolor de nuestros pecados sin mas esperanza que la muerte. El vino para enseñarnos el camino perfecto, para amarnos y enseñarnos a amar con el ejemplo. En tanto busquemos la fuerza en su Espiritu Santo tenemos una esperanza que no nos defrauda porque cada dia vamos de prueba en prueba y de gloria en gloria.

"Señor, te he traicionado miles de veces, pero hoy devuelvo las 30 monedas de plata porque no pueden darme lo que Tu me prometes. Quiero comenzar de cero y dejar que tu gracia se apodere de mi. Permiteme ser lo que Tu soñaste para mi, cambiame de traidor a siervo fiel porque yo creo, espero y confio en Ti. Amen"