"Todo el que esté peleado con su hermano será procesado." Mt 5,20-26

El Señor me llama a perdonar y a vivir en armonia con mis hermanos. Que dificil es para mi el olvidar las ofensas de mi projimo y sin embargo, cuanto busco el perdon cuando soy yo quien ofende. La dualidad a mi conveniencia me aparta de Dios. Ese deseo innato de tener la razon me impide muchas veces respetar el misterio del hermano. Al contrario, voy diciendo a otras personas para que me apoyen, en vez de volcarme al Señor para recibir la luz que me permita comprender realmente a la otra persona.

El Señor simplemente me pide que haga lo mismo que El hace conmigo, que a pesar de ofenderle una y mil veces al dia, me perdona mil veces mas una. Comprendo con la mente que no tengo derecho a pedir perdon si no soy capaz de perdonar a mi hermano. No hace sentido vivir buscando la santidad si no veo que las relaciones humanas son un medio de santificacion en si mismas porque se necesita de mucha mansedumbre y temor de Dios para tratar al otro como a uno le gustaria que lo tratasen. 

Necesito ayuda, solo con la fuerza del Espiritu Santo se puede lograr amar de esta manera.

"Jesus, ansio ser como tu y poder reconciliarme con mi projimo al instante. Sin embargo, me cuesta mucho no guardar rencor cuando me ofenden, callar algun mal que me hicieron, en fin, tratar al otro como me gustaria que me tratasen a mi porque se que no es agradable andar de boca en boca ni buscar restaurar una relacion y que te lo nieguen. Mira este corazon terco y ablandalo, hazme instrumento de tu paz, pues perdonando es como tu nos perdonas. Amen"