Es una tristeza que el demonio reconozca a Cristo y se postre ante El, mientras hay personas que todavía niegan su existencia. Creen en la ciencia, creen en los astros, en todo menos en Aquel que los creó. Hay un velo en sus corazones y por más que ven no miran y por más que escuchan no oyen sin darse cuenta de que están en las garras del maligno, llevan sus vidas sin contar con Dios y por tanto su paga es la muerte. Se preguntan por qué sienten un vacío en sus vidas así que se meten en miles de cosas para llenarla, se van atontando; esclavos de su trabajo, de sus vicios, de las cosas de este mundo, tan enfocados en su vida que no miran alrededor para ver si pueden ayudar a alguien, ni siquiera les importan los otros, sienten que NO es su problema...Se divorcian una y otra vez buscando "la pareja ideal", roban, matan, todo porque quieren algo que no está fuera sino dentro de ellos mismos, en sus corazones, la verdad, la única que nos puede liberar: CRISTO.
Ahora veo con más claridad que nunca la influencia del diablo en las vidas de las personas que me rodean y en mi, puedo sentir cómo se escabulle en mis pensamientos alimentando mi ego, mi orgullo, mi vanidad y si estoy débil, hace que diga cosas que sé no le agradan a Dios y que ni siquiera es mi intención. Otros tienen manifestaciones más tangibles, como el hombre del evangelio, pero por lo general, está bien escondido detrás de nuestros pensamientos, lugares, actitudes que aunque sabemos que no son agradables a Dios, nos cuesta desligarnos de éstas.
La buena noticia es que esta guerra ya está ganada, pero no por nosotros sino por Jesús, El venció a nuestro enemigo en la cruz y por tanto no tiene poder sobre nosotros que fuimos comprados a precio de sangre, pero él intenta seducirnos para que no podamos disfrutar de las promesas que Dios tiene para nosotros, dilatándolas y desesperandonos, por eso debemos cubrirnos constantemente con la sangre de Cristo, orar, confesarnos y asistir a misa para que velando no caigamos en la tentación.
"Jesús, hay fuerzas espirituales en mi vida tratando de alejarme de ti, cúbreme con tu sangre preciosa y limpiame de toda hueste de maldad que quiera tener control sobre mi vida, ungeme con tu Santo Espíritu de forma que pueda vencer todas las tentaciones que se me presenten y liberarme de toda atadura del enemigo. Amen"
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