Muchas veces actuamos según creemos que agrada a Dios; misa, retiros, comunidad, etc. Sin embargo, no hacemos un esfuerzo en trabajar nuestro corazón, seguimos con la misma insensibilidad hacia los pobres, con los mismos vicios emocionales y mientras sigamos así, no veremos el obrar de Dios en toda su plenitud.
Hay que analizarse y descubrir dónde fallamos para tomar las medidas necesarias en corregir nuestra conducta para que sea lo más parecida a la de Jesús.
Esaú era el rey de Israel y le concedió la victoria sobre sus enemigos, pero no hizo lo que el Señor le pidió que era eliminar todo lo que quedara de ese pueblo, él tomó una decisión sin pensar si era lo que Dios le pedía en ese momento y perdió el favor del Santo de Israel. Que no nos pase lo mismo a nosotros.
"Amado, Señor, perdoname por las veces en que tomo decisiones sin meditar primero lo que te agradaría, por la pereza en cambiar hábitos y actitudes que son dañinos para mí y los que me rodean. Ayúdame a purificar mi corazón de forma tal que te obedezca primero y te alabe después.Gracias por tu paciencia para conmigo. Amen"
No hay comentarios:
Publicar un comentario