La permanencia en el Señor es la clave del éxito cristiano, la santidad. Los santos tienen tal comunión con Dios que les es imposible cometer el pecado porque el Espíritu Santo está tan presente en sus vidas que se resisten a hacer lo que pueda ofender al Padre. Ahí es donde fallamos los demás, amamos a Dios y queremos ser santos pero nos distraemos con las cosas del mundo. Nuestro ego está tan arraigado en nosotros que ni siquiera nos damos cuenta muchas veces de que estamos obrando mal.
Que Dios ponga en nosotros un anhelo especial por la santidad, que podamos orar siempre sobretodo antes de actuar de manera airada, antes de tomar decisiones que puedan desgraciar nuestra vida por siempre. Que en este nuevo año nos liberemos de la violencia que está dentro de nosotros, del deseo de controlarlo todo, que aprendamos que hay alguien más grande que nosotros, que vela por nuestro bien.
"Señor, cuántas veces he caído en pecado por no escuchar tu voz, por no meditar lo suficiente en tu palabra. Soy perezoso para sacar un tiempo de oración profunda o creo que lo estoy haciendo bien cuando en realidad me estoy dejando llevar por mi naturaleza humana y no por tu voluntad. Ayúdame a permanecer en ti para alcanzar la santidad. Amen "
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