La actitud de María ante la visita del ángel Gabriel es muestra del gran conocimiento de Dios que ella tenía, aunque no entendía completamente el encargo que se le había dado no dudó en aceptarlo porque venía del Santo de Israel. Cuántas veces el Señor nos manda a hacer algo y no ponemos más que excusas; no tengo tiempo, no tengo dinero, no me van a hacer caso, etc. Limitamos los planes de quien todo lo puede.
Meditemos cuál es el anuncio que hemos recibido de Jesús y dejemos de poner excusas, tomemos la actitud dispuesta de María y alcancemos la plenitud de nuestra vida cristiana. El prometió que no nos dejaría ni nos abandonaría, entonces qué nos impide cumplir su voluntad.
"Señor, quiero ser dócil a tu palabra, pero a veces el miedo, la pereza y el mundo se interponen en el camino para acercarme a ti, te entrego todas mis debilidades para que tú las transformes en perseverancia y fortaleza para cumplir tu voluntad siempre y en todo momento. He aquí tu sierva(o), he aquí tu esclava(o)."
No hay comentarios:
Publicar un comentario