Me tocaron mucho estas palabras del evangelio de hoy, pues la mayoría de las veces mi fe mueve montañas, pero hay ocasiones en las que siento que necesito un poco de ayuda para mantenerme en pie. Sobretodo cuando las situaciones se estancan por mucho tiempo. No sé tú, pero yo a veces me desespero y aunque ya no tanto como antes necesito ayuda de vez en cuando, ¿quién me ayuda? Jesús, quien en su infinita misericordia no permite que nadie que ponga su confianza en El quede defraudado, a través de su palabra me alienta, con su cuerpo me alimenta y entonces mi corazón puede esperar con alegría, porque sé que la visión se cumplirá en el tiempo señalado, marcha hacia su cumplimiento y no dejará de cumplirse.
"Gracias, Señor, por tu ayuda que no se hace esperar, porque sabes que soy débil, me das tu gracia para poder enfrentar cualquier dificultad, tu paz para poder esperar en ti y tu amor para sentirme feliz en todo momento. Amen"
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