La humanidad vive momentos difíciles causados la mayoría por nuestra autosuficiencia y romper la comunión con Dios y la naturaleza.
Todos queremos ser bendecidos pero la gran mayoría no quiere hacer el esfuerzo que requiere obtener una bendición, obedecer a Dios.
Cristo no está en el mundo como en el tiempo de los apoóstoles por lo que debemos hacer del ayuno una práctica frecuente, debemos ayunar porque nos ayuda a luchar con nuestras debilidades espirituales al vencer a fuerza una necesidad primaria como lo es el alimento. Debemos tomar en cuenta de que para que ese ayuno físico sea agradable a Dios, es necesario estar bajo su gracia porque de lo contrario no nos escuchará. Pero si lo hacemos con corazón contrito y humillado veremos grandes frutos del ayuno.
Sirve para liberar, para interceder, para limpiarnos... y le mostramos a Dios que lo que le estamos pidiendo es importante para nosotros y El en su misericordia nos dará lo que pedimos si está conforme a su voluntad.
Anoche China y Japón fueron víctimas de terremotos, hoy se espera que varios países de América sean afectados por un Tsunami, las tragedias de este tipo ocurren cada vez más frecuentes, qué mejor momento para mostrar solidaridad por nuestros hermanos afectados que haciendo ayuno por ellos para que reciban la ayuda que necesitan, para que el tsunami no se produzca, por nuestro país para que nos proteja de las amenazas de terremoto, en fin, porque Dios tenga misericordia y permita que todos los seres humanos puedan conocerle y morir en paz, en su cama y no a través de tragedias como esta.
¿Por qué no pedir un milagro si para El no hay nada imposible?
"Amado, Señor, hoy quiero ayunar de preocupaciones y vivir con esperanza pues el corazón del cristiano no teme las malas noticias sino que se mantiene firme, confiado en ti a pesar de todo y contra todo. Enseñame a ayunar para interceder por aquellos que aún no te conocen, para que se conviertan antes de que les llegue la hora de su muerte. Amen"
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