A todos nos gusta la idea del antiguo testamento de que el éxito, la abundancia y el bienestar en general son los signos de que Dios está con nosotros. Sin embargo, Jesús, nos enseña que no necesariamente es así sino más bien al contrario, mientras más cerca de El queramos estar, más humildes de corazón, más serviciales debemos ser y por si fuera poco, debemos beber el cáliz de la tribulación, la escasez, las dudas, calumnias de nuestros propios hermanos, etc. Sabiendo lo difícil que era esto, nos regaló el bautismo en el Espíritu para poder afrontar todas y cada una de estas situaciones saliendo victoriosos gracias a aquél que nos amó.
Quieres ser grande en el reino de los cielos? Mira a tu alrededor e identifica a alguien de tu familia que esté en necesidad, a algún amigo que puedas ayudar y hazlo con amor. Entonces el Padre orgulloso dirá: "Este es mi hij@ amad@"
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