Las palabras de Jesus a la mujer adultera me tocan mucho porque me recuerda que no importa lo que haga, lo mucho le le falle Dios no me condena sino que me invita a no pecar. Ese perdon de Dios ante una falla horrible es liberador. Saber que eres amado pese a cualquier error sin tener que justificarte sin tener siquiera que pedir perdon es algo que solo el amor perfecto del Padre puede dar. Me enseña tambien a no juzgar a nadie porque primero tendria que juzgarme a mi misma. Si quiero misericordia para mi debo tener misericordia para mi hermano.
El mundo seria muy distinto si utilizaramos este principio con quienes nos rodean. Si cada quien aplicara sus propios consejos a su vida. Si en lugar de criticar nos dedicaramos a amar.
" Señor, gracias por no condenarme a pesar de que lo merezco. Sabes que en mis fuerzas es imposible seguirte fielmente pero confio en la gracia de tu Espiritu Santo para intentarlo una y otr vez hasta que me salga natural. Te amo y es tu amor hacia mi lo que me mueve, ayudame a permanecer en ti amor, a recordar que para ser perdonada debo primero perdonar. Llevate cualquier resentimiento le pueda haber en mi corazon. Ayudame a no pecar mas. Amen"
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