Jesús nos llama a la conversión real, no de palabras. Los que nos decimos cristianos seremos juzgados más duramente que los demás porque hemos recibido la palabra de Dios directamente de su hijo, por tanto no hay excusas para seguir siendo iguales que los que no le conocen. Hay "católicos" que piensan que con ir a misa los Domingos, estar en una comunidad y tener un ministerio ya es suficiente. No se dan cuenta de que lo más importante, lo que Dios realmente quiere de nosotros es un cambio de actitud, de acciones y pensamientos. No podemos vivir nuestra religión de apariencias y costumbres. Necesitamos tener una relación con el Señor mediante la oración constante y los sacramentos. Tener el corazon abierto de tal manera que cada día nos sintamos motivados a cambiar algo de nuestra forma de ser para parecernos más a Jesús. DESPERTEMOS del letargo, dejemos de ser simples fariseos y comencemos a anunciar el evangelio más que con nuestras palabras, con nuestro testimonio de vida. Que quien nos mire pueda ver el rostro de Jesús.
"Amado Señor, te pido perón porque en vez de buscar la santidad, me he conformado con que los demás piensen que lo soy, mi corazon sigue siendoigual de perverso que antes, pero quiero cambiar y por eso te pido que me llenes de ti para que mi vida se convierta en evangelio." Amen
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