Si el Señor ha puesto una promesa en tu corazón que todavía no ha llegado, no te desesperes. Medita en estas palabras que dijo a Habacuc, la visión llegará en su momento puede que no sea cuando esperabas pero llegará. En la tediosa espera debemos afianzar nuestra fe y no permitir que el desánimo nos aleje el plan de Dios para nosotros.
En este mundo donde todo se quiere al instante, el tiempo de Dios parece algo anticuado y desesperante. Sin embargo, debemos recordar que El es el mismo de ayer, de hoy y de siempre. Dios no cambia y a diferencia de nosotros que por hacer las cosas rápido las hacemos mal, El se toma su tiempo para prepararnos de forma que cuando llega la bendición estemos listos para aceptarla.
Yo no entendía esto y sufría mucho pero con varias situaciones que me pasaron donde tuve que esperar años por una respuesta pude entender finalmente que el tiempo en "hold" es una gracia porque nos forja un carácter más paciente. Muchas veces en este tiempo salen a la luz actitudes negativas que de otro modo no sabríamos que están en nuestro corazón y al vencerlas nos estamos moldeando a la manera de Jesús.
Espera en el Señor con mucha confianza y mucha determinación porque cuando El promete algo lo cumple.
"Señor, aunque es difícil para mí esperar sé que no me defraudarás, gracias por recordarme constantemente tus promesas, dame la perseverancia necesaria para permanecer fiel hasta que brille tu rostro sobre mí. Amen"
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