Puede que en la iglesia te hayan decepcionado, precisamente quienes debían ser ejemplo para ti. Que el sacerdote no haya sido reflejo de Jesús o que alguna monjita haya sido la misma encarnación de la oscuridad. Somos humanos imperfectos independientemente de la posición que ocupemos en la iglesia, podemos fallar. Por eso es Dios mismo que sale a nuestro encuentro porque sólo El puede darnos la paz que anhelan nuestras almas.
Cuánto nos ama el Señor que envió a su único Hijo a salvarnos, a enseñarnos cuál era el camino correcto. A explicarnos el significado de la misericordia con su propio ejemplo. No mires las fallas de tus líderes, mira la grandeza de Dios que habla a través de ellos a pesar de sus pecados.
"Señor, gracias por enviar tu Espíritu Santo que nos guía a pesar de nuestras debilidades. Te presento a nuestros pastores, especialmente al Papa, Obispos y los demás sacerdotes que tienen la responsabilidad de apacentarnos para que los perfecciones hasta llegar a ser reflejo de Cristo. Amén."
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