Dios quiere de nosotros que amemos como El nos ama. No nos sirve de nada estar todo el tiempo alabando al Señor con nuestros labios si utilizamos esos mismos labios para insultar a los demás. No podemos esperar el perdón de Dios si guardamos resentimientos a nuestro hermano porque al rezar el Padrenuestro nos condenamos.
Analicemos nuestra vida, está cargada de piedad para con los que nos rodean o simplemente tratamos bien a los que nos tratan bien, olvidándonos del pobre y del que necesita más nuestras oraciones, osea quien nos maltrata a nosotros, o quien nos cae mal.
Es tiempo de empezar a actuar como Cristo, dejemos nuestra mala conducta e imitemos la mayor manifestación del amor de Dios que amó hasta el extremo.
"Señor, quiero actuar con misericordia más que con sacrificios, que de mis labios sólo salgan cosas positivas cuando hable de mi hermano y si no tengo nada bueno que decir mejor guarde silencio. Que mis manos siempre estén abiertas para dar de lo mucho o poco que tenga a mis hermanos en necesidad. Recuérdame que seré medido con la misma vara que mida a los demás. Que tu gracia sea más fuerte que mi egoísmo. Amen "
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