"Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor;[...]" Ef 4, 1-6

¡Qué difícil de cumplir son estas palabras! Diariamente fallamos en una u otra cosa incluso acabando de salir de la iglesia. Debemos crear conciencia de nuestras actitudes y del testimonio que damos a los demás sin hablar sino con la forma de actuar.

Pablo dice que siempre debemos ser humildes y amables,  esto se aplica aún cuando las personas son injustas con nosotros, cuando estamos saliendo del parqueo o manejando demostramos si tenemos estas cualidades o no.

La prisa se ha llevado nuestras buenas intenciones tantas veces, la soberbia  las restantes, pero si aprendemos a reconocer cuándo estamos actuando mal y recordamos este versículo podemos aprender a morir a nosotros y actuar como le agrada a Dios.

"Perdoname,Señor, por dar prioridad a mis necesidades sin considerar a los demás. Por creer que con sólo seguir las tradiciones de mi iglesia estoy en gracia olvidando que es en la práctica del amor donde se da el mejor testimonio y donde realmente te gozas Tú en mí. Envíame tu Espíritu Santo y dame tus dones para dar fruto abundante en Ti. Amen"

"He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!" Lc 12, 49-53

En este mundo la gente vive como automátas. Ayer me enviaron un email donde habían amigos cenando, en la playa y en otros lugares, pero en vez de compartir el momento juntos estaban chateando por sus celulares, indiferentes a lo que pasaba a su alrededor. Cada día la tecnología nos envuelve más y más. Estamos perdiendo nuestra capacidad de memorizar cosas porque contamos con la ayuda de nuestra agenda electrónica en el tablet o celular.Nuestra sensibilidad ante el pecado también ha ido disminuyendo, ahora se permite hablar, ver y escuchar todo tipo de material vulgar y los antivalores son ahora los que rigen la sociedad.

Cristo quiere que ardamos en celo por el amor de su Nombre. Que amemos al prójimo personal y  no virtualmente. Que conversemos con ellos y no con la televisión.Que tengamos paciencia cuando las circunstancias lo ameritan porque no todo es instantáneo en esta vida, al menos nada de lo que realmente vale la pena. Quememos el mundo en el amor de Dios porque de lo contrario morirá de apatía.

"Señor, perdón porque aunque quiero seguirte muchas veces me dejo llevar por las cosas del mundo, por las veces que no denuncio el pecado que ven mis ojos por no generar conflicto. Que tu palabra en mí sea más fuerte que mi indolencia. Amen"

"Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá." Lc 12, 39-48

Dios nos ama a todos por igual pero nos hizo únicos e irrepetibles. En consecuencia, nos exigirá a todos según las capacidades que nos dio. A unos les dio el don de la palabra, a otros el de la sanación, a otros sabiduría, de modo que todos tuvieran algo que presentar multiplicado cuando nos llame a su presencia. 

El no nos pide que vayamos más allá de lo que nuestras fuerzas y capacidades nos permiten sino que con los medios que tenemos sirvamos a los demás.Sencillamente no hay excusa para no hacer lo que El nos manda porque nos dio a cada uno los recursos que necesitamos ,ya sean espirituales o materiales, y mientras más hayamos recibido mayor será nuestra responsabilidad con el prójimo.

Si crees que no vales nada, recuerda que Dios te hizo porque pensó que eras muy bueno. Si piensas que no tienes nada que dar, regala una sonrisa o un abrazo sincero, son cosas que no se compran con dinero.Lo importante es que dejes que el amor de Dios fluya en ti hacia los demás. El se encargará del resto.

"Jesús, gracias por darme los talentos que me diste por pocos que sean. Ayúdame a multiplicarlos en favor de los demás para que ellos puedan ver a través de mí tu rostro que los ama y los anima. Amen"

"El hombre compasivo presta a su prójimo, el que le echa una mano guarda el mandamiento. Presta a tu prójimo cuando lo necesita, y paga pronto lo que debes al prójimo; cumple la palabra y séle fiel, y en todo momento obtendrás lo que necesitas." Sirá 29, 1-16; 31, 1.4

Prestar está contraindicado en la lógica humana. No hay un curso de finanzas que no diga que quien presta pierde el dinero y el amigo. Sin embargo, Dios nos llama a no dejar que el riesgo que estemos tomando nos impida practicar la caridad con alguien necesitado. El nos promete que si lo hacemos tendremos lo que necesitamos.

Si somos nosotros los que tenemos que pedir prestado nos llama a ser responsables con nuestros pagos, a no pedir más de lo que podemos pagar.

A fin de cuentas, los cristianos debemos ser responsables con nuestras finanzas y no dejar pasando hambre al que lo necesita cuando en nuestra casa hay abundancia porque Dios nos ama a todos por igual y quiere que todos tengamos lo que necesitamos. Que quede claro que no nos dará lo que queremos pero sí lo que necesitamos.

"Amado Señor, gracias por tu cuidado porque nunca se ha acabado el aceite ni la harina de mi saco. Que pueda yo así mismo compartir lo que tengo con los demás, poco o mucho, material o espiritualmente simplemente porque quiero agradarte a ti. Amen"

"Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno -ande sobrado, su vida no depende de sus bienes." Lc 12, 13-21

Ambicionemos los bienes eternos pues no sabemos el día ni la hora en que el Padre nos llamará a su lado. Jesús nos prometió que si buscamos primero de su reino y su justicia lo demás llegará por añadidura.

En la actualidad somos esclavos de las cosas porque trabajamos para satisfacer nuestros deseos egoístas.Que podamos siempre identificar a Jesús en los más necesitados y así asegurarnos un tesoro celestial.

"Señor, a veces creo que lo que tengo viene de mi propio esfuerzo, olvido que fuiste tú quien me dio la fuerza para lograr mi posición actual. Mucha o poca riqueza la quiero poner a tu disposición. Guarda mi corazón del egoísmo y la avaricia. Amen"

"Vuelve al Señor, abandona el pecado, suplica en su presencia y disminuye tus faltas; retorna al Altísimo, aléjate de la injusticia y detesta de corazón la idolatría." Sirá 17, 13-31

Jesús nos llama a cambiar de conducta. Seamos conscientes de dónde radica nuestro mal y saquémosle fuera de nuestro corazón con la ayuda de Cristo y su Espíritu Santo. Para ser sanados debemos saber cuál es nuestra enfermedad y luego tomar el tratamiento adecuado para eliminarla.

Dios es bueno y nos ama. Nos quiere ver libres de todo pecado e idolatría. Invitémosle a nuestro corazón y dejemos que El vaya a cada rinconcito limpiando toda la suciedad que hay en El. Luego vayamos a predicar su evangelio donde quiera que pisen nuestros pies. No seamos como los fariseos que su conducta es intachable por fuera pero por dentro están llenos de suciedad porque se han quedado en lo superficial.

Seamos auténticos al vivir nuestra fe.

"Señor, cuántas veces peco por no profundizar en mis acciones, ayúdame a ser íntegro en mi vida. Quiero que mi vida sea un sacrificio de alabanza agradable a ti. Que aunque me critiquen mi conciencia esté tranquila porque todo lo que hago, digo y pienso está conforme a tu voluntad. Amen"

"La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies." Lc 10,1-9

Hay tanto que hacer para construir el reino de Dios. Cuántas zonas del mundo donde no ha llegado el evangelio. Cuántas localidades donde apenas celebran la misa una vez al mes por falta de sacerdotes. Cada día los hombres y mujeres se preocupan más de ganar dinero y darse lujos que de complacer al Señor. Faltan obreros que se consagren para el reino, faltan misioneros que lleven el evangelio a los confines de la tierra, falta que los laicos nos comprometamos con la Iglesia y sostengamos las misiones y los seminarios.

Promocionemos las vocaciones entre nuestros jóvenes porque hay mucho trabajo y pocas manos.

"Señor, mándanos sacerdotes santos, religiosas santas para completar el trabajo que falta en tu obra. Permite que nosotros los laicos les facilitemos el trabajo a nuestros hijos que se sientan llamados a servirte. Que todos pongamos nuestro granito de arena para que el mundo conozca tu palabra. Amen "

"¡Ay de vosotros también, juristas que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vos otros no las tocáis ni con un dedo!" Lc 11, 42-46

Me llegó  mucho esta cita en este momento en que nuestro país atraviesa un proceso de reforma fiscal que busca conseguir ingresos adicionales sin analizar la causa raíz del problema. Muchos políticos serios pero muchos que se han hecho millonarios a costa del pueblo y que no vemos que se procesen los responsables de mal administrar los bienes del pueblo.Ojalá  y comprendan que Dios los mira y ante El no hay engaño.

Sin embargo, esto no se reduce a los gobernantes ni personas con cierto poder sino que va también a los que exigen lo que no pueden dar ellos mismos. Analicemos si criticamos en los otros lo que nosotros mismos hacemos.

"Señor, te presento mi corazón para que tenga misericordia hacia los que me rodean y no imponerles cargas que yo no pueda llevar. También pido por los líderes de mi país para que hagan lo mismo. Ten misericordia de nosotros. Amen"

"[...] lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor." Gal 5, 1-6

Creer que Dios nos ama nos anima a amar a los demás porque cuando queremos corresponder a alguien que  se preocupa por nosotros hacemos lo que le agrada no porque los demás lo verán bien sino por el deseo de hacer feliz a quien nos hace feliz.

 De niños nos preocupamos mayormente de exigir atenciones y regalos de nuestros padres, pero en la medida que crecemos y valoramos todo lo que ellos han hecho por nosotros nos invade un gran deseo de devolverles en abundancia lo que nos han dado de gratis. Así  mismo nos pasa en el camino espiritual. Cuando conocemos al padre nos encanta la promesa que nos hace Jesús de que todo el que pide recibe y nos pasamos horas y horas haciendo una lista de peticiones muchas veces interminable. Pero cuando esa semillita de fe germina y crece piensa más en agradecer y poner al servicio de los demás los talentos que se han recibido. Al final seremos juzgados por lo que dimos a los demás, por nuestra misericordia con los más necesitados, por nuestro amor a los que nos rodean.

¿Has madurado o sigues siendo un niño en la fe?

"Señor, a veces me comporto como un niño y quiero utilizarte como un mago que me da todo lo que pido y de inmediato. Recuérdame que lo importante no es lo que recibo de ti sino lo que doy a los demás para que puedan conocerte a ti a través de mí. Quiero practicar mi fe en el amor hacia mi prójimo, prestame tu corazón pues sin ti me vence el egoísmo. Amén"

" Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud." Gal 4, 22-24. 26-27. 31-5,

El pecado nos esclaviza. Si grabáramos nuestras confesiones nos daríamos cuenta de que siempre o la mayoría de las veces hay un pecado que se repite. Nos sentimos mal  y hasta nos da vergüenza pero no terminamos de cortar la raíz de ese mal en nosotros. A veces es por falta de esfuerzo porque sólo nos acordamos de esa falla cuando nos vamos a confesar e inmediatamente salimos del confesionario se nos olvida el propósito de enmienda que nos hemos hecho. 

Jesús nos recuerda que no es con nuestras propias fuerzas que venceremos al mal sino con la suya. El es más grande que cualquier profeta que haya existido porque es el Hijo de Dios, Dios hecho hombre que ha venido en nuestra ayuda. Invitemos a Jesús a liberarnos definitivamente de nuestros pecados.

"Señor, inconscientemente caigo en lo mismo una y otra vez, ya no quiero ser igual, ven a mi corazón y limpiame de mi maldad, especialmente de mi ____________  . Por tus santas llagas he sido sanado y quiero en mi  libertad entregarte todo lo que soy para que lo transformes en reflejo tuyo. Amen"

"Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuanto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?" Lc 11, 5-13

Dios nos concede su Espíritu Santo y es para actuar según lo dicta el Espíritu. Esto significa que no podemos  regirnos por las leyes de este mundo como seguridad de salvación. Debemos examinar constantemente las intenciones de nuestras buenas obras, cuestionar si lo hacemos por amor a Dios o a nosotros mismos. Es muy fácil perderse en esto porque nos gusta que nos aprueben los demás y nos gusta sentir que hacemos lo correcto como para acumular puntos con el Señor y no por el simple hecho de agradarle.

Queremos creer que si nos portamos bien y seguimos sus mandamientos obtendremos todo lo que pidamos, pero Jesús en su infinita misericordia nos recuerda que nuestra primera petición debe ser Espíritu Santo que nos será dado en abundancia para poder pedir como conviene.

"Señor, te pido tantas cosas  pero sólo Tú sabes lo que es bueno para mí y lo que verdaderamente me conviene. Envíame tu Santo Espíritu para que interceda por mí, para que sincronice mis deseos con tu voluntad, porque tu voluntad es buena, perfecta y agradable.Dame lo que necesito.Amen"

"Ahora que, cuando yo vi que su conducta no cuadraba con la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos: "Si tú, siendo judío, vives a lo gentil y no a lo judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a las prácticas judías?"" Gal 2, 1-2. 7-14

Nos es fácil criticar a los demás y suponer lo que deberían hacer o decir, pero muchas veces nosotros hacemos lo mismo que ellos o peor. Pablo busca la aprobación de Dios y no la de los hombres, sigue el mandato del Señor y no se preocupa mucho de la opinión de los demás aunque fue aprobado por los apóstoles no dudo en increpar a Pedro cuando vio que actuaba mal.

A nosotros nos pasa a menudo que vemos a algún hermano haciendo algo malo pero como no queremos conflicto con esa persona, sobretodo si es de mayor jerarquía que nosotros, nos quedamos callados. Imitemos el ejemplo de Pablo y pidamos al Señor la valentía de decir la verdad en el momento oportuno.

"Señor, perdón por las veces que he callado cuando he visto que alguien se conduce fuera de tus leyes, dame tu fortaleza para permanecer firme a la verdadera doctrina incluso cuando me pueda costar la enemistad de personas que aprecio. Amen"

"Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán." Lc 10, 38-42

Sólo hay una cosa importante, lo único que necesitamos es sentarnos a los pies del Señor y escucharle. Cuando diariamente nos tomamos el tiempo de presentarle el día a Jesús, de hablar con El y de que El nos indique la pauta del día, El se encarga de lo demás. Es fácil darnos cuenta si estamos actuando como Marta o como María; Marta anda inquieta y nerviosa entre tantas actividades que tiene que hacer, quizás hasta anda envuelta en varios ministerios de la iglesia, el punto con Marta es que se dobla ante cualquier dificultad porque no está en sintonía con Jesús. Anda más bien preocupada por lo que hacen o no los demás. María,  por el contrario, disfruta la compañía de Jesús, escucha lo que El dice y por tanto eligió la mejor parte. Claro está que  no se va a quedar todo el día a sus pies, pero ese momento le da la fuerza que necesita para seguir con alegría y poner en práctica lo que ha escuchado. 

Una persona que se sienta a los pies de Jesús va a actuar conforme a lo que El quiere porque quien se ha encontrado con El realmente no queda igual. Un ministerio llevado por la oración da sus frutos.

"Señor, a veces ando envuelto en tantas cosas que me olvido de lo más importante. Enséñame a buscar un momento de quietud cada día para dedicarme a escuchar tu palabra, a hablar contigo, a disfrutar de tu compañía. Eso es lo único que importa. Amen"

"El que practicó la misericordia con él." Lc 10, 25-37

De nada nos sirve decir que amamos a Dios si ignoramos las necesidades de nuestros hermanos. Revisemos como tratamos a nuestros familiares, amigos, a nuestros empleados y compañeros de trabajo si no tomamos en cuenta sus dificultades estamos en falta porque no somos misericordiosos como Jesús nos pide.

Juan dice que somos mentirosos cuando no amamos a nuestros hermanos y decimos que amamos a Dios. Es una gran verdad aunque nos cueste admitirlo. No sólo basta con decir que amamos al Padre que está en el cielo y no lo vemos sino que debemos amar a la creación que es obra de su amor. ¿Qué haces para amar en concreto lo que Dios ha creado? ¿Amas al mendigo? El pobre también es hijo de Dios.

"Señor, mi egoísmo sobrepasa muchas veces el amor que te tengo, quiero que abras mi corazón a las necesidades de los que están más cerca de mí y necesitan de mi ayuda económica, de mi apoyo emocional, y del soporte espiritual que le dan mis oraciones sinceras. Amen"

"Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado". Lc 10, 13-16

El Señor envió a sus discípulos como representantes suyos en la tierra para transmitir el mensaje que El quiere dar a su pueblo. Por eso debemos prestar atención a lo que nos dicen nuestros sacerdotes y en lo que no estamos de acuerdo pedir más explicación al presbítero y discernimiento a Dios. 

Seamos dóciles a la palabra de Dios transmitida a través del Santo Padre, los obispos y sacerdotes porque viene directamente de Jesús y si no lo ponemos en práctica estamos en desobediencia con El.

"Señor, te presento a los sacerdotes para que todos sean iluminados por ti y se mantengan bajo tu gracia para transmitir el mensaje que nos quieres dar a través de ellos y abre mi corazón para que pueda escucharlos y recibirlos como si fueras Tú mismo delante de mí. Amen "

"El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios." Lc 9, 57-62

Jesús te está llamando y quieres que le sigas. Qué esperas para ponerte en marcha. Deja de buscar excusas, si dices que Dios es lo más importante en tu vida como puede ser que no puedes dedicarle unos minutos al día para leer y meditar su palabra. Si lo amas tanto como es que permites en tu corazón el odio, el resentimiento, el egoísmo, chismes y toda clase de maldad. Si dices conocerle por qué ignoras a tu hermano en necesidad, por qué no compartes de lo poco o mucho que el Señor te ha dado.

No hay tiempo de mirar atrás, no sabemos cuánto nos queda.Examinemos nuestra conducta y hagamos el propósito real y el esfuerzo necesario de cambiar todo aquello que nos aparta de Dios. Seamos lo suficientemente humildes para reconocer que somos pecadores y que necesitamos de la gracia santificante de Dios para poder cumplir su voluntad.

Amémonos de corazón, no de labios ni de oídos para cuando Cristo venga nos encuentre preparados.

"Perdón, Señor, por las veces que te he fallado en  la caridad con los más necesitados, en cumplir tus mandamientos, me cuesta reconocer mis peores fallas ilumina mi corazón para que no ande en tinieblas. Sáname de todas mis maldades, ayúdame a seguirte y a servirte sin cuestionarte. Amen"

"Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor." Jb 1, 6-22

Job se quedó sin nada de repente. No bien se enteraba de una pérdida llegaba la otra. Muchos de nosotros hemos estado en la misma situación, vamos de problema en problema. La clave del éxito está en asumir la misma actitud de Job, pues los males que llegan al justo son obra de Satanás. No caigamos en la trampa de la queja ni de enojarnos con Dios por lo malo que El permite en nuestras vidas.

Cultivemos un corazón de adorador en espíritu y en verdad. Demos gracias a Dios por todo y El nos dará la paz que nuestra alma necesita para afrontar cualquier dificultad que nos llegue.Nuestro más grande tesoro es tener la Santísima Trinidad a nuestro favor, nada tiene mayor valor que esto. Cuando tomamos conciencia de que esta vida es sólo una preparación para el cielo, podemos decir al igual que Job que nada trajimos a este mundo, nada nos llevaremos y alabamos a Dios en toda circunstancia.

"Señor, que mi corazón no desfallezca ante las dificultades ,por duras que sean, que pueda yo alabarte en toda situación pues Tú eres mi más grande posesión y nadie ni nada me puede alejar de ti. Estando contigo qué más puedo querer en la tierra. Amen "