Jesús nos invita a velar para que estemos preparados, pero, conociendo nuestras debilidades, es El mismo quien nos da la fuerza para mantenernos firmes hasta el final. Su misericordia es la que nos sostiene y nos libra de caer en tentaciones que perderían nuestras almas.
Contemos siempre con la ayuda del Señor para superar nuestras debilidades, su amor por nosotros es nuestra mejor arma y nuestra oración nuestra mejor estrategia, pues El nos dará la fuerza de su Espíritu para vencer al mal.
"Señor, esperamos con ansias tu venida, pero si tardas no permitas que nos durmamos, más bien ayúdanos a permanecer en vela hasta que vuelvas. Amen"
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