La muerte es algo de lo que difícílmente nos podremos librar. En la biblia sólo dos personas fueron arrebatadas al cielo sin pasar por la muerte. Jesús no escapó de ella, pero la venció dándonos a todos la oportunidad de la resurrección. Nos cuesta mucho aceptar la muerte, hablamos de ella como si no nos fuera a llegar nunca o la ponemos como excusa para hacer todos los desarreglos del mundo.
Pero, ¿Reflexionamos realmente en ella? La muerte es un paso que conduce a la vida eterna, a pesar de lo terrible que pueda ser o de la agonía que exista antes, un día daremos ese paso y es tan natural como nacer.
El punto está en cómo vivir si sabemos que vamos a morir un día, pero no sabemos ni el día ni la hora, Cristo nos da la respuesta, aún en su pasión fue fiel al Padre y por eso recibió la gloria de la resurrección. Vivamos como el vivió y sabremos con certeza que aunque nuestro cuerpo quede sin carne, veremos a Dios con nuestros ojos al igual que Job.
"Señor, que pueda morir en mí toda inclinación al pecado pues quiero morir en tu gracia para mirarte eternamente. Que pueda ver la muerte como parte de la vida y no me turbe cuando mis amados perezcan porque si yo creo en ti toda mi familia será salvada como lo has prometido y no hay mejor lugar que estar en tu presencia eternamente. Amen"
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