Natanael era un hombre transparente, reconocido así por el Señor. Sin embargo, al igual que muchos de nosotros tenía prejuicios que dominaban su opinión. Su primera reacción ante el anuncio de Felipe fue despectiva, pero no se quedó ahí porque su amigo parecía estar seguro de lo que decía y quería descubrir por sí mismo la verdad. Cuando conoció a Jesús con unas pocas palabras creyó en El y recibió aún mayores promesas. Estoy segura de que Natanael quedó agradecido por siempre de Felipe por su insistencia de que fuera y conociera al Mesías.
Hoy tú y yo seguro que conocemos a algún Natanael, un hombre justo pero que aún no se acerca a la Iglesia porque le han dicho cosas malas de ella o incluso ha tenido una mala experiencia de ella, el Señor nos manda a insistir para que esa alma también sea testigo de la gloria de Jesús, somos las puertas de la ciudad Santa, invitemos a entrar a todo el que esté a nuestro alrededor, no se arrepentirán.
"Amado, Señor, te pido por todas aquellas personas que guardan tus mandamientos pero no se acercan a ti y a tu iglesia para que puedan dejar a un lado sus prejuicios y vean por sí mismos la maravillosa obra que has hecho en nosotros, no te has ido ni te irás jamás de nuestro lado porque somos tu pueblo, que se unan nuestros hermanos y esperemos juntos el reencuentro fina contigo. Amen"
No hay comentarios:
Publicar un comentario