La muerte es algo de lo que nosotros los hombres comunes y corrientes no podemos escapar. Allí ya se acaba todo, no hay más que hacer sino aceptar la realidad y conformarnos a la idea de que ya no veremos más en esta vida a esa persona. Enfrentamos también la experiencia de la muerte al darnos cuenta de que no se darán nuestros planes, fracasamos en lo que nos propusimos hacer, nos traicionaron, etc. Es una situación de la que no podemos salir victoriosos si no nos aferramos a Cristo Jesús, el único que venció a la muerte de una vez y para siempre.
Ten la certeza de que aunque hayas perdido algo importante en tu vida, nunca será mejor que lo que Dios tiene reservado para ti, procura serle fiel y verás que la recompensa será aún mayor y mejor de lo que esperabas o imaginabas tener, Jesús es la única esperanza perdida ya toda esperanza. Acojámonos en su misericordia, El nunca desampara a los que le aman y cumplen sus preceptos.¡Animo!
"Señor, cuando veo que las cosas empeoran y no parecen mejorar, recuerdo que tú eres la victoria, que en el pasado me has librado y lo volverás a hacer una vez más. Ayúdame a circuncidar mi corazón para ser digno de tus promesas. Gracias por tomar siempre en cuenta mis necesidades y exceder mis expectativas. Amén"
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