Cumplir la voluntad del Señor es más que hacerle promesas, es preguntarle primero cuál es la voluntad, conocerla y entonces hacer lo que manda para complacer al Señor. Jefté no comprendió el primer mandamiento y aunque Dios le haya dado la victoria, me parece poco probable que haya querido que El le sacrificara a su hija, olvidó que Dios ni siquiera quiso a Isaac, el mejor sacrificio que podemos darle al Padre es nuestro corazón contrito y humillado, dispuesto a cumplir su voluntad.
Muchas veces es más fácil un sacrificio de algo o de alguien que de nuestro propio corazón, cambiar de hábitos poco saludables, de actitudes incorrectas, dejar una adicción; pero esto es realmente lo que Dios quiere de nosotros, que meditemos en su ley día y noche de forma que quede grabada en nuestros corazones y podamos hacer siempre lo que El nos ha pedido.
Que nuestro propósito sea siempre tener mayor discernimiento y sabiduría para hacer lo que a Dios le agrada, mediante un estudio incesante de la palabra.
"Padre mío, tengo sed de ti y quiero agradarte, pero a veces mi entendimiento se nubla por la lógica humana y hago lo que creo que te agrada en vez de lo que en realidad te agrada. Dame tu don de sabiduría para conocer siempre tu voluntad y sentir un gusto especial por ella. Dame tu don de fortaleza para cumplirla sin importar las consecuencias. Amen"
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