Cuán difícil es perdonar a las personas que nos hacen daño, nos ofenden, nos han abusado, etc. Sin embargo, para ser dignos hijos de Dios debemos ser capaces de perdonar a nuestros hermanos independientemente del mal que nos hayan hecho.
Yo soy una persona que se esfuerza en tratar a los demás con respeto para que me traten de la misma manera, ni siquiera me gusta hacer bromas que puedan hacer sentir mal a los demás. Por lo que cuando alguien hace algo que me molesta, me es muy difícil perdonarlo y tengo que irme a los pies del Señor a pedir que me dé la gracia de sanar mi herida y poder entonces perdonar como El me perdonó a mí.
Es mirando al Padre y a Jesús entender la misericordia divina, porque sólo un corazón lleno de amor puede perdonar al oro, ellos nos perdonan una y otra vez sin importar cuán rojo sea nuestro pecado y esperan lo mismo de nosotros. Si piensan que lo hacen porque son seres divinos, recuerden a José que perdonó a sus hermanos cuando lo vendieron como esclavo, recuerden a María que permaneció junto a los discípulos de Jesús después de que lo abandonaron en el calvario e intercede por nosotros, recuerden a Juan Pablo II que estrechó la mano de aquel que intentara matarlo...Podemos y debemos perdonar porque de lo contrario, el Padre no nos perdonará a nosotros, al rezar el Padrenuestro estamos condenandonos nosotros mismos.
"Padre amado,llena mi corazón de amor porque el amor cubre todas las faltas y sólo con un corazón como el tuyo podré tratar a mis hermanos por encima de cómo ellos me traten, quiero ser más como tú y menos como yo, dame la gracia de saber perdonar. Recuerdame siempre que tú me perdonas cada vez que fallo para que así pueda ponerme en los zapatos de mi hermano. Amén"
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