Qué bueno es poder contar con amigos y familiares que nos acompañan en los tiempos difíciles. Son como el recordatorio que Dios nos hace de que no estamos solos, que El nos acompaña y guía para que podamos salir victoriosos en toda prueba.
Nuestro deber es hacer lo mismo con quienes están a nuestro alrededor, ayudarles a crecer es llevarles a los pies de Jesús para que El sea quien transforme su vida en ofrenda agradable a El.
"Señor, gracias por el ánimo que recibo de mis amigos y familiares cuando estoy necesitada de ello, gacias por mostrarme tu amor a través de ellos, tú conoces todas sus necesidades, te los presento a cada uno para que le concedas la gracia que más necesitan hoy. Amen"
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