El Padre nos promete acompañarnos en nuestro caminar hacia la tierra prometida, prometió que no nos abandonaría, por tanto el temor que sentimos debe ser enfrentado pues si el Senor está con nosotros... ¿Quién contra nosotros?
Recordemos esta promesa del Padre cuando nos sintamos solos, desanimados, sin salida; porque El es fiel, de modo que nunca estamos solos porque El está con nosotros, sabe nuestras necesidades, nuestros pesares y si dejamos de quejarnos y empezamos a abrir nuestro corazón a su presencia, El nos consolará y nos mostrará el camino que debemos seguir.
No hay por qué temer porque ningún mortal tiene más poder que el Dios vivo y El está con nosotros, sólo procuremos cumplir su voluntad para que podamos entrar en la tierra que El nos prometió y no nos pase como a Moisés que no pudo pasar del Jordán.
"Señor, quiero ver cumplidas tus promesas en mi vida, aumenta mi fe para que la duda no se instale en mi corazón y eche abajo tus planes para conmigo, ayúdame a permanecer firme, sin miedo y sobretodo a sentir tu presencia en mi vida siempre para que nunca desfallezca en mi misión. Amén"
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