Los espíritus inmundos reconocen a Jesús como el Hijo de Dios y le obedecen cuando El les manda a salir de los hombres que tienen cautivo. Nosotros debemos hacer otro tanto, reconocer que el Hijo de Dios es Jesús es un principio, pero debemos además obedecerle y salir de toda situación de pecado.
Con la ayuda del Espíritu Santo podemos reconocer nuestras faltas y obtener la fuera para dejar de cometerlas. No estamos solos en nuestra lucha por dar a conocer quién es el Hijo de Dios.
"Señor Jesús, reconozco que tú eres el Hijo de Dios, el que había de venir a liberar y salvar el mundo, aquí estoy con mis faltas a tus pies,me entrego todo a ti, no permitas que jamás me separe de ti, ayúdame a obedecerte siempre. Amén"
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