Hoy recordamos el mayor sacrificio que alguien haya hecho por nosotros, la muerte de Jesús. Una historia de amor con final feliz, pero que tiene muchas espinas... Pues Jesús tuvo que elegir entre hacer su voluntad o hacer la del Padre, no fue una decisión fácil para El, sudó sangre de la angustia tan grande que sintió al ver cerca la hora de su pasión. El tenía la opción de huir, de alejarse de allí, incluso en la misma cruz, bien pudo bajarse de allí como le instaban a hacerlo quienes se burlaban de El. Sin embargo, El entendió que si su Padre que lo amaba tanto, permitía todo ese sufrimiento era por un fin mayor, El pudo ser glorificado porque no le puso condiciones al Padre sino que con gran humildad hizo lo que El le había mandado a hacer sin chistar.
Gracias a Jesús, tenemos una nueva vida, alcanzamos todos los que creamos y practiquemos su Palabra, la vida eterna. El asunto es que no es sólo alabando y diciendo que creemos en El, es obrando como El, es callando nuestro ego cuando nos insultan, es calmando nuestro instinto cuando queremos actuar con violencia, es perdonando, es amando en verdad y dejando atrás todo chisme, relajo, palabra y hasta pensamiento que no vaya acorde con los mandamientos. Preguntarnos en cada situación que se nos presente, ¿Qué haría Jesús si estuviera en mi lugar? La respuesta no siempre será fácil, pero es en obedecer esa respuesta que vamos santificándonos y perfeccionándonos hasta quedar en plena comunión con la Santísima Trinidad. Como decía el P. Emiliano:" En la obediencia no hay equivocación", no la hay porque a menos que te pidan pecar, debemos ser respetuosos de las jerarquías existentes y permitir con esto que nuestro ego se vaya moldeando a la manera de Jesús.
"Jesús, qué difícil es obedecer al Padre, también yo siento angustia de muerte en ciertos momentos cuando mi futuro se ve negro y lleno de dolor, pero me consuela saber que tus sufrimientos no fueron en vano, resucitaste y nos libraste a todos de la muerte, sólo te pido que me dés la fuerza para hacer lo mismo cuando me toque hacer cosas que me obliguen a negarme a mí mismo y a morir a mí, para que tu vivas en mí. Amen"
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