Muchas veces nos sentimos como el paralítico, sin mucha esperanza de que nuestros problemas se puedan resolver pues otros obtienen lo que tanto anhelamos. El recibió lo que deseaba y además un consejo, no peques más para que no te suceda algo peor. Su parálisis de alguna manera era consecuencia de sus pecados, muchas de las situaciones desagradables en las que estamos hoy son a causa de nuestro orgullo al no seguir algún consejo y tomar una mala decisión, o de hacer las cosas sin tomar en cuenta a Dios cuando El tenía otros planes para nosotros, los resultados han sido malos, nos sentimos derrotados, pero todo tiene solución en Jesús que quiere ayudarnos.
Jesús hoy quiere hacerte la misma pregunta a ti que le hizo al paralítico, no mires tus limitaciones sino a El que tiene poder para darte eso que tanto deseas, llenate de esperanza porque sin importar lo difícil de tu situación actual, para Dios no hay nada imposible, déjate guiar por El y cuando recibas lo que anhela tu corazón, dale gracias y síguele para que puedas mantenerte firme en las alturas.
Dios no te hizo para que ser un perdedor, ni estar enfermo ni triste, te creó para que con tu vida des testimonio de su bondad y su amor.
Sonríe, Dios extenderá su mano y te ayudará a meterte en la piscina...El es tu salvador!
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