La alegría del cristiano debe ser cumplir la voluntad del Padre que nos ha sido revelada por los profetas y aclarada por Jesús y su Santo Espíritu. Cuando hacemos lo que El nos manda tenemos la tranquilidad y el gozo de cumplir nuestro propósito en la vida. Cuando desobedecemos y nos dejamos llevar por intereses propios, siempre hay un vacío que nada puede llenar.
Hemos sido creados por amor y para amar, esa es nuestra esencia que ha sido contaminada por el pecado y que sólo Jesús puede limpiar cuando se lo permitimos.
Permanezcamos en el amor de Dios, pidamos perdón a las personas que hayamos ofendido, no desviemos la mirada de quien nos necesita, honremos a nuestros padres y cumplamos todo lo que nos corresponde para hacer de este mundo uno mejor.
Hoy, permite que el amor de Dios llene tu corazón y que reboce hacia los demás cual manantial inagotable de servicio y alegría.
"Quiero permanecer en tu amor, Jesús, gracias por amarme tanto. Ayúdame a ser obediente a tus mandatos para poder gozar de la alegría plena que sólo tú me puedes dar. Amen"
No hay comentarios:
Publicar un comentario