Jesús es nuestro pastor, cuando hacemos silencio en nuestro interior podemos escuchar su voz dirigiendo nuestras vidas, cuando nos dejamos guiar por El sentimos paz en nuestro corazón, sin importar las circunstancias. Podemos estar en la mayor de las tribulaciones, pero nuestro interior sabe que es dónde debemos estar para la gloria de Dios.
Cuando no sentimos paz es porque nos hemos desviado en el camino, puede ser que no hallamos acatado algo que nos mandó o simplemente que descuidamos la oración, la adoración y/o la comunión. Estas son las claves para abrirnos el oído a lo que Dios quiere de nosotros.
Hagamos espacio para unos minutos de silencio y preguntémosle a Jesús qué quiere El de nosotros hoy, cuál es el propósito para la situación que estamos viviendo y cómo debemos enfrentarla para salir victoriosos.
"Jesús mío, quiero hoy más que nunca hacer un alto en el camino y abrir mis oídos a tu voz, abre mi espíritu a tu voluntad para que pueda yo saber lo que quieres de mi y dame la fuerza para cumplirlo. Amen"
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