Nosotros vamos en la barca de nuestra vida, cuando navegamos sobre aguas tranquilas andamos felices y confiados, pero cuando el viento de la dificultad nos golpea y el agua se va encrespando, el miedo nos paraliza. Jesús mismo viene sobre esa turbulencia y nos dice que no tengamos miedo, El está con nosotros y aunque no calme la tempestad, tocamos tierra y tenemos paz.
Quien tiene a Dios no le hace falta más nada porque El cuida de nosotros, si dejamos que las preocupaciones nos dominen, lo único que lograremos será hundir la barca. Cuando confiamos en Jesús, el solo hecho de saber que El está caminando a nuestro encuentro, nos da paz, sabemos que El apacigua el mar embravecido, que el gobierna las olas encrespadas.
Hoy el mundo vive en una tormenta llena de odio, violencia, tristeza, pero nosotros podemos caminar entre todo esto sin que se nos caiga un pelo de susto, porque nuestro guardián camina con nosotros, nuestra única ocupación debe ser hacer lo que a El le agrada.
"Señor, cuando me pongo a mirar los problemas de mi vida, mi país y el mundo siento miedo porque parecen más grandes cada día, pero sé que contigo los puedo enfrentar, llena mi corazón de tu paz porque si tú tienes el timón, mi barca no se hundirá. Amen"
No hay comentarios:
Publicar un comentario