La paz es uno de los dones más preciados en estos días. Vivimos con tanto ajetreo que tenemos miles de achaques debido al stress, padecemos de insomnio, dolores de espalda, problemas gástricos, depresiones, fobias, etc.
Jesús nos hace una propuesta diferente, nos ofrece la paz , nos ofrece tranquilidad en medio de las tormentas de la vida. No es una paz que se compra con un seguro o con un arma. Es una paz que permanece a pesar de todo y que sólo Jesús nos puede dar.
Cuando tenemos dificultades siempre podemos recurrir a Jesús, dejar que su Espíritu nos consuele y nos anime, está a la distancia de una oración, de una visita al Santísimo, de unas palabras del sacerdote o de abrir la biblia. Es tan sencillo que casi nunca utilizamos los recursos que nos dejó Jesús y entonces vivimos de tormenta en tormenta.
Cambiemos nuestro actuar y busquemos la paz de la única manera que no se pierde, aceptemos realmente la paz que nos deja nuestro Señor y salvador, su paz debe permanecer con nosotros en todo momento, si la perdemos sólo hay una manera de recuperarla, volviendo a sus pies.
Es una lucha constante, pero no es imposible de lograr, es una gracia que Dios te quiere dar y que depende de ti aceptar y conservar. Recibe la paz del Señor!
"Padre, quiero tener la paz que sólo puedo obtener a través de tu hijo, ayúdame a permanecer en ella en todo momento, sobretodo en los que las circunstancias quieran mentirme y quieran hacerme sentir que me has abandonado, gracias porque sé que quien confía en ti no tiene por qué temer, haz que mi corazón siempre sienta esa seguridad. Amen"
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