¿Estás saciado de pan, tienes todo lo que se pueda necesitar pero aún te falta algo? Ven a Jesús, El te dará el pan que necesitas, más que el que llena el estomago, del que sacia el alma.
Jesús puede saciar tus necesidades materiales, es el dueño y señor de todas las cosas, sin embargo, quiere saciarte de tus necesidades espirituales, las que necesitarás para seguirle y tener vida eterna.
Esteban pudo pedir ser librado de su martirio, pero recibió la gracia de ver al hijo del hombre sentado a la derecha del Padre, entonces nada más le importó, incluso intercedió por sus asesinos. Jesús sació su sed de justicia y le llenó de amor y perdón. Jesús hace nuevas todas las cosas.
Preguntémonos, de qué tenemos hambre y permitamos que Jesús venga y nos sacie, sólo El puede hacerlo, porque sólo El puede darnos lo que en verdad necesitamos para ser felices a plenitud. Dejemos atrás la ansiedad por las cosas del mundo y busquemos los bienes espirituales, las cosas que realmente nos saciarán de una vez y para siempre.
"Amado Jesús, tengo hambre y quiero saciarme con cosas, ayúdame a entender y aceptar que tú eres el único que realmente puede calmar mi hambre y mi sed, aliméntame con tu cuerpo y con tu sangre porque necesito de la vida que sólo tú puedes darme. Sáciame Jesús con tu Santo Espíritu. Amen "
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