Jesús es el camino, sólo por medio de El podemos reconciliarnos con el Padre y tener comunión con El. El es la verdad, no hay engaño en El. El es la vida, pues quien come de su carne y bebe de su sangre no muere para siempre sino que tiene vida eterna.
¿Quién no quiere la eternidad sin sufrimientos, enfermedades ni dolor? Creo que nadie respondería a esa pregunta con un no, el problema es que si miramos a Jesús, veremos las heridas en sus manos, sus pies y su costado. No es un camino fácil de recorrer, es un camino donde hay una cruz que cargar, donde hay heridas que soportar porque sólo al final es cuando todo acabará y recibiremos la paz eterna. Sin embargo, es un camino que vale la pena recorrer porque no caminas solo, Jesús te acompaña y te dará la fuerza para seguir adelante, sobretodo en los momentos donde pareciera que no puedes dar un paso más...
Muchas veces siento que Jesús me ha mandado una cruz insoportable, pero cuando me rindo a El y dejo que me guíe, me encuentro librando batallas increíbles, batallas que ni siquiera habría intentado de no ser por El y de las que he salido victoriosa gracias a El. Cada día vienen pruebas más fuertes, pero cada día tengo más fuerza que el anterior para enfrentarlas porque El es quien me da poder y quien hace perfecto mi camino.
Es maravilloso tener un apoyo tan perfecto, alguien que verdaderamente se preocupa por ti y que te ayudará a salir del embrollo en el que estés metido, sin importar la clase. La fuerza del Espíritu Santo acompaña a quienes aceptan el camino de Jesús y por eso son más que vencedores, porque no luchan con sus fuerzas sino con las de lo alto.
¿Cuál camino sigues, cuál es tu verdad? Acepta la vida que sólo Jesús te puede dar...
"Jesús quiero recorrer el camino que me lleva hasta ti, no importa cuántas espinas haya en El, quiero conocer la verdad y ser libre de todo lo que no me dará vida y recibir vida en abundancia contigo por siempre y para siempre. Amen"
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