Dios es compasivo y misericordioso, tanto que envió a su único Hijo para salvarnos porque era la única manera de reconciliarnos con El. Somos un pueblo de cerviz dura, aunque vemos las maravillas de Dios diariamente seguimos con nuestras dudas, con nuestros miedos, con nuestro egoísmo, pero el Padre en su infinito amor siempre nos perdona por la sangre del cordero derramada en la cruz por nuestros pecados.
Nuestra respuesta a ese amor debe ser poner todo nuestro empeño en amarle, en creerle y hacer las cosas que El nos dijo que hiciéramos, por más difíciles que nos parezcan, si pedimos la ayuda del Espíritu Santo, no nos será negada y podremos actuar como lo que somos el pueblo de Dios, su heredad.
Ayer en el estadio Quisqueya se reunió ese pueblo de cerviz dura y Dios se glorificó en nosotros, en verdad les digo que los ángeles y los santos estaban unidos a nosotros en una sola voz proclamando:"!Santo, Santo, Santo es el Señor!
"Gracias, mi Dios, por seguir repartiendo tus dones en ministerios de música como el de la Hermana Glenda y Alfareros que con tanto amor entregan lo mejor de sí para que tú gloria se extienda, para que tanta gente pueda sentir el gran amor que sientes por tu pueblo. Sigue derramándote en cada uno de nosotros porque somos el pueblo que te ama. Amen"
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