He aquí nuestra misión, completar la obra que Dios nos encargó, darle gloria a través de nuestra vida en la forma que El eligió para nosotros que trabajemos por su reino. Encontrar esa obra es nuestra responsabilidad porque si no la llevamos a cabo no tendrá sentido nuestra vida, habrá un bache en el plan de Dios y no nos sentiremos plenos.
La obra que Dios te entrega está atada a ti, es decir, tiene que ver con lo que haces bien, pues El te da los talentos para que la cumplas, viniste al mundo para cumplir esa misión y por tanto viniste con las herramientas necesarias para lograrlo. Hay que dejar atrás el miedo y entender que lo que Dios puso en tu corazón se logrará sólo si tu estás dispuesto a pagar el precio, Pablo sabía que en cada ciudad que predicaba le esperaban toda clase de luchas y males, pero él no le daba importancia a su vida sino al resultado que sus palabras podían tener en tantas almas que andaban vagando sin conocer al Señor. Su propósito era más grande que él mismo, era el propósito que Dios había puesto en su corazón. ¿Cuál es el tuyo? ¿Cómo puedes glorificar al Padre a través de tu vida?
"Señor, quiero encontrar la misión que tú quieres que yo cumpla, ayúdame a escuchar tu voz para entender qué quieres que yo haga por ti, quiero glorificarte sobre la tierra, coronar la obra que tú me enconmendaste y lograr la plenitud en ti. Amen"
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