Fíjense cómo Abraham al reconocer la presencia del Señor lo único que le pide es que se quede con El un rato. El sabía que era Dio pero en vez de replicarle por su hijo que aún esperaba, se puso a servirle,envió a preparar comida y se la sirvió él mismo, no sus criados. Entonces el Señor le confirmó su promesa, dentro de un año tendría el hijo que tanto anhelaba.
Reflexiono en esto porque me doy cuenta de la mala calidad de mi oración, en vez de preguntarle a Dios qué puedo hacer por El, le pido y le pido que haga cosas por mi todo el tiempo. El nos prometió que si buscamos primero del reino de Dios, es decir, si trabajamos porque ese reino de Dios llegue a nosotros, El nos daría todo lo demás. Si lo hizo con Abraham también lo puede hacer por ti y por mi, hagamos lo que nos toca y dejemosle a El lo demás.
"Padre mío, quiero seguir el ejemplo del padre Abraham, quien confío en ti plenamente y en vez de quejarse cuando tarda tu respuesta, te sirvió, ayúdame a servirte primero y confiar en que tú me darás lo que anhela mi corazón en el momento indicado.Enseñame a adorarte en espíritu y verdad. Amen"
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