El Señor conoce nuestras necesidades, las grandes y las pequeñas, El nos dará nuestro salario si somos obreros de su reino. Nuestro único deber en esta vida es propagar la buena nueva, traer esperanza a los que están desanimados, denunciar el pecado, hacer el bien siempre y en todo momento. En fin, vivir el evangelio, aunque parece una tarea difícil, es llevadera cuando lo hacemos en compañía del Espíritu Santo, cuando nos congregamos en una comunidad que nos acoge y nos apoya en nuestras necesidades.
El sustento que el Padre nosa da es espiritual, físico y emocional. Realmente se preocupa por nosotros, si hemos logrado sentir ese amor que El nos tiene, no nos queda más remedio que retornarlo a los demás; hay mucha gente todavía que no conoce de Dios y que puede cambiar su percepción de El a través de nuestra bondad, integridad y entrega.
Jesús quiere que seamos obreros, que seamos dependientes de El de forma que le dejemos a El las cuentas, El se encargará de todo si nos encargamos de sus cosas. Olvidate de tu enfermedad, de tu dolor, de tu problema, de tu escasez, levantate y vete a proclamar que Jesús está vivo y entonces tu sustento llegará,pues no hay mayor satisfacción para un siervo que cumplir la voluntad de aquel que lo amó a precio de su propia sangre.
"Amado, Señor, quiero servirte y proclamar que tú vives y que quieres que todos los hombres te conozcan y sean plenos. Que no me mueva el sustento que me quieres dar sino el amor que te tengo y me tienes. Si lo olvido, que me muevan tus afrentas y tu muerte.Amen"
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