El Padre nos ama tanto que hace prodigios grandes por nosotros. Al igual que con los israelitas El nos divide el mar Rojo para que podamos pasar por medio de él.
Cuántas personas han tenido una enfermedad incurable y han recibido el milagro de la sanación físicas. Cuántas han vivido con un pasado doloroso llenas de odio, miedos y ansiedades y el Señor los cura de sus dolencias emocionales y espirituales. Cuántas han vivido largos tiempos de dolor y desesperación ante dificultades de la vida y de repente han visto desvanecerse todas en el Nombre de Jesús.
Hay miles de estas personas que han visto la bondad del Señor, ellas han aprendido a esperar con paciencia el tiempo favorable, porque saben en quien han creído, en un Dios maravilloso que hace maravillas por ellos y los suyos. Yo soy una de esas personas y lo digo a toda voz, porque El me ha librado tantas veces que no puedo contar. Por eso puedo estar tranquila en medio de los problemas que tengo ahora porque sé que así mismo como lo hizo con el pueblo de Israel, El volverá a abrir el mar Rojo para que pueda cruzar y cante del otro lado el himno de victoria. Si tú te sientes que estás frente al mar Rojo hoy, llama al Señor, pídele que te ayude a pasar a través de la dificultad con la confianza de que saldrás victorioso de ella porque El lo hizo y lo puede hacer otra vez.
"Señor, creo en ti y en tu poder porque lo he visto actuar en mi vida y en la de los que me rodean, te presento mis necesidades para que me ayudes a vencerlas, no a esquivarlas, sino a pasar por medio de ellas en victoria para así dar testimonio de mi fe, pues nadie que ha confiado en ti ha quedado defraudado. Amen"
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