"Él se retiró y lloró; después volvió a ellos." Gn 41,55-57;42,5-7.17-24a

La historia de José es una de las más hermosas que tiene la biblia. Ver como este chico tenía sueños de grandeza que le ganaron la envidia de sus hermanos quienes lo vendieron como esclavo, pero a pesar de todas las dificultades que pasó Dios no lo abandonó y le dió gloria y poder en Egipto. Sin embargo, cuando vió a sus hermanos no pudo evitar llorar, supongo que tenía muchos sentimientos encontrados. Deseo de vengarse, deseo de que pagaran por su crimen y él tenía el poder para hacerlo, pero era un hombre temeroso de Dios y amaba a su padre, sabía que le causaría gran pena si le hacía daño a uno de sus hijos. El no pagó con la misma moneda sino que fue capaz de perdonar a sus hermanos y comprender que tuvo que pasar todas las penurias que pasó para poderles salvar la vida en ese momento, De otro modo, probablemente hubiesen muerto todos de hambre.
El propósito de Dios cuando permite que las personas cercanas a nosotros nos traicionen es el mismo que tuvo con José, es formar en nosotros un corazón capaz de perdonar, porque El hace lo mismo con nosotros cada vez que le fallamos, por lo que quiere que nos parezcamos a El.
Hoy se celebra el santoral de María Goretti una joven que recibió 14 puñaladas al rehusar tener relaciones con un muchacho socio de su padre, pero ella que amaba la eucaristía con profunda devoción, no podría faltar a Dios de ninguna manera,las heridas eran mortales. Al llevarla al hospital, llaman al capellán para que la asista quien al confesarla le pide que perdone al chico que la ultimó y ella respondió:"Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado... Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado." Luego recibió la eucaristía y partió a la casa del padre al otro día.(http://www.aciprensa.com/testigosdefe/goretti.htm)
En verdad, espero que Dios ponga en nosotros la mitad siquiera de esta capacidad de amar y perdonar a los demás, porque es el mejor camino a la redención, fue el que siguió Cristo y al que estamos llamados todos los que queremos entrar al reino de los cielos.
"Amado mío, cuánto me cuesta perdonar a las personas que me hicieron daño, hoy quiero en tu Nombre recibir la gracia de hacerlo de corazón, de no negarles la oportunidad de resarcirse y amarles nuevamente con infinita confianza como solo tú lo harías. Recuerdame que amando es como tú nos perdonas. Amen"